La receta para ser original de Dr. Alderete, apropiarse de lo que ya está hecho y reinterpretarlo. Foto, Lulú Urdapilleta

Dibujar para comprender

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Para ser original, Dr. Alderete sigue una receta sencilla: apropiarse de lo que ya está hecho y reinterpretarlo.

FOTO: LULÚ URDAPILLETA

Si Jorge Alderete no comprende algo, lo dibuja. Es una forma de aprehender el mundo. “Parte de mi proceso para entender las cosas es dibujándolas para acercarme a ellas”. En 1998 recorrió el continente desde la Patagonia hasta la Ciudad de México, con intenciones de residir aquí únicamente por un año. Ya han pasado casi 20. “Al tercero me compré un refrigerador. Así acepté que me quedaba aquí”.

Aquí. O de manera más concisa, en la  colonia Roma, donde se ubica la galería Vértigo, que desde 2009 funciona como un espacio multidisciplinario a cargo de Alderete y Clarisa Moura: ambos, diseñadores. Ambos, egresados de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. En este espacio caben exposiciones, talleres de gráfica y tocadas en vivo. Es decir, todo aquello que ha influido en la obra gráfica de Alderete.

“Yo conocía poco de México: algunas cosas sobre sus civilizaciones antiguas. O la lucha libre. O bien, sabía que de aquí era el Chavo del Ocho”. Llegó con advertencias alarmantes sobre lo que era la vida en el Distrito Federal: “Me lo pintaban como el Viejo Oeste”.

En cambio, él pintó la ciudad desde otra perspectiva. Como el extranjero que toma aquellas cosas que le llaman la atención.

“Los intereses a los que me acerco van permeando mi trabajo. Me pasó con el Día de muertos. La concepción de la muerte en Argentina es trágica. Cuando intentaba explicarle a mis amigos la esencia festiva que tienen acá, no lograban entenderlo”.

A fuerza de dibujar esos elementos —como los cráneos con ornamentos de Catrina—, terminó por apropiarse de ellos, reinterpretarlos y adoptarlos como parte de su estilo. Prácticamente todo estímulo visual de las calles de la ciudad acabó por ser engullido por Alderete.

“Me acuerdo de que cuando empecé, la gente hablaba del rescate de la gráfica popular. Pero ¡yo no estaba rescatando nada!, ¡las cosas están ahí!”. Alderete extiende el brazo con las palmas abiertas, como señalando algo evidente: “Yo sólo salí a la calle, y lo vi. Y procesé algo nuevo con eso. Y ya”.

Sus ilustraciones van de la mano con la música. Desde Los Fabulosos Cadillacs a Café Tacvba. De la banda de surf-punk The Mutants, hasta Andrés Calamaro. De Daniel Melero hasta Lost Acapulco. Las ilustraciones del Dr. Alderete —como se conoce a Jorge— aparecen en las portadas de sus discos, donde no faltan zombies, calaveras, chicas pin-up, criaturas y luchadores. Incluso, él incursionó en la música, dentro de la agrupación Sonido Gallo Negro.

La lucha libre es uno de los elementos icónicos de su gráfica. Se acercó a ella como a todo: por curiosidad. Para comprender. Pero también por un vínculo nostálgico.

“En Argentina existe la lucha libre, pero no alcanza el nivel de popularidad que tiene en México. Allá es un show infantil”.

Alderete comenzó a asistir a las funciones en las arenas Coliseo y México para tomar fotografías. “A finales de los noventa, la lucha libre no era tan apreciada como lo es ahora”. Pero cuando los enmascarados y el ring comenzaron a tomar auge durante la primera década del nuevo siglo, Jorge comenzó a recibir demandas de diseños que tuvieran que ver con la lucha libre.

“No me interesó. Porque mi acercamiento a la lucha libre era auténtico, y lo que ellos me pedían era impostado”.

Algo similar ocurre con los géneros musicales con los que ha colaborado Alderete.

“A inicios del 2000, la escena de la música surf explota. Siempre había sido underground y de pronto, ¡BUM! Pateabas una piedra y salía una banda de surf. Por un lado eso nutre a la comunidad, por el otro, comenzaron a emerger malas bandas, copias de las copias de las copias. Entiendo que las tendencias son necesarias y que en algún momento mi trabajo ha quedado pegado a eso (el surf o la lucha libre). Pero ese nunca ha sido el fin. Si me acerco a algo, es porque me interesa”.

El último tema de su interés es Rapa Nui, la Isla de Pascua. El año pasado, el Museo de la Ciudad de México albergó la exposición “Tike’a: Rapa Nui y las islas del Pacífico Sur”, con una treintena de ilustraciones del Dr. Alderete. “Al principio, me apropiaba de las imágenes de la Isla de Pascua sin ningún contexto y sin conocer de dónde venían. Solamente las veía funcionales para utilizarlas en discos y carteles”.

La perspectiva cambió a partir de que Dr. Alderete se involucró con el tema, investigó y finalmente realizó dos viajes a Rapa Nui. “El resultado estético es el mismo, pero con conocimiento”.

—¿El estilo propio se construye a partir de la imitación?

—Puedo estar de acuerdo con eso pero, en ese caso, también de las limitaciones. Yo tengo muchas limitaciones con el dibujo, a diferencia de ilustradores que conocen a la perfección de anatomía o tienen memoria fotográfica. Para nada me considero un excelente dibujante, pero con las herramientas que tengo hago lo mejor que puedo.

A veces le ocurre encontrar que alguien más se apropia de las imágenes que ha diseñado. “Me gusta cuando pasa eso. Es como cerrar un círculo. Otros se apropian de esos diseños, como yo me he apropiado de otros”. Por fascinación, o por curiosidad, o para comprender.

En cifras:

  • 1998 es el año en que llega Dr. Alderete a la Ciudad de México, proveniente de Argentina.
  • 2006 fue cuando abrió la galería y tienda de diseño Kong, que estuvo abierta durante tres años.
  • 2009 es el año en que funda, junto con Clarisa Moura, la galería  Vértigo, un espacio multidisciplinario.