El Jai Alai, mucho más que un juego

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Recientemente, el Jai Alai ha ganado fama en la CDMX y es un deporte que ha dado medallas al país

La pelota rebota una y otra vez. Cuatro jugadores se mueven en la cancha esperando el momento en el que la pequeña bola marque el turno de quien deberá lanzarla, de nuevo, con una cesta de mimbre que funciona como extensión del brazo. Una y otra vez. Cuando alguno de ellos no la alcance, el equipo contrario habrá anotado. 

El Jai Alai o cesta punta, como también se le conoce, es un deporte de origen Vasco (una comunidad autónoma del nororiente de España) con gran historia en México, pues se considera que el primer frontón en México fue inaugurado en 1895 por Porfirio Díaz, y estaba ubicado en la antigua calle de Ezequiel Montes.

La velocidad es una de las características del juego. Cada lanzamiento puede alcanzar más de 290 kilómetros por hora, por eso los pelotaris —nombre de los jugadores— deben estar siempre atentos, colocados uno en la parte frontal como delantero, que tiene el objetivo de anotar, y un zaguero, que atiende los rebotes largos y busca cansar al equipo contrario. 

Quizá nunca hayas visto un partido oficial de Jai Alai, sin embargo, seguramente lo has practicado, pues en México, el frontón se juega en las paredes altas de las escuelas, en las canchas públicas con grandes muros y en edificios habitacionales de todas las calles de la ciudad.

Una “fiesta alegre”

La cesta punta es uno de los deportes más rápidos del mundo que actualmente se juega en 29 canchas de todo el mundo y busca cumplir con los requisitos para ser considerado en los Juegos Olímpicos.

Este deporte, cuyo nombre significa “fiesta alegre”, surgió en el País Vasco hace más de cuatro siglos y para los aficionados se consideraba un entretenimiento dominical. Empezó su expansión internacional entre los siglos XIX y XX por las migraciones españolas, de esa misma manera, llegó a México y se ha vuelto un juego común en los barrios de la CDMX.

Para jugarlo oficialmente se requiere de una cancha o frontón que consta de tres muros: el frontal; el lateral o de ayuda y el de rebote que es la pared posterior, y el espacio se divide en 16 cuadros de la misma longitud. Las pelotas son otro de los elementos básicos de este deporte: son hechas de dos capas de piel de cabra, hilo de lana y goma de caucho. Cada una tiene un promedio de vida de 20 minutos debido a que suelen reventarse por la fuerza con la que son golpeadas.

También se utiliza una cesta de madera y mimbre en forma de garra que cada jugador porta en la mano derecha. Estas son artesanales y hechas a la medida de acuerdo con la estatura y posición del jugador pues, para practicarlo, la pelota debe entrar por la punta de la cesta y luego ser lanzada con mayor fuerza hacia el muro frontal para hacerla rebotar y que el siguiente jugador la pueda cachar con la cesta y, de nuevo, lanzarla.

Las reglas no son tan complicadas

Los equipos alternan sus golpes hasta que uno de ellos no la alcance, la lance mal, la deje caer o la saque de la cancha. En ese momento, el equipo contrario tendrá un punto. Tan solo al momento del saque la pelota puede botar, esa es la señal para que el equipo pueda rematar.

Para competencias, el Jai Alai cuenta con diferentes modalidades como frontenis, paleta goma y trinquete, las cuales están reguladas por la Federación Internacional de Pelota Vasca y su reglamento general.

A nivel nacional, la Federación Mexicana de Pelota Vasca y Frontón, quienes coordinan a la selección de la especialidad, participan en los torneos nacionales y concentran a quienes lo practican profesionalmente. 

Para este 2019, la federación ya cuenta con una lista de 14 atletas para los Panamericanos de Lima, en donde México es uno de los favoritos en ambas ramas para obtener las medallas doradas en las modalidades frontenis, paleta goma y trinquete.

Los escenarios del Jai Alai

Una de las razones por las que este deporte ha regresado al interés del público es la apertura del Frontón México, un espacio que permaneció cerrado por casi 20 años y que tras su remodelación por inversionistas privados y su reapertura en marzo de 2017 han atraído audiencia. 

En junio terminó la tercera temporada de este deporte en México en el “Palacio de la Pelota” con Ochoa y Del Río como campeones de la Liga Nacional y la dupla Goikoetxea-López, quienes fueron los vencedores de la Liga Premier.

En la ciudad han existido al menos nueve frontones. Entre los más conocidos están el Hispano-Mexicano, que cerró en los años 50; el Frontón Nacional se mantuvo abierto 20 años y en 1940 se convirtió en cine Palacio Chino; el Elorduy, uno de los más frecuentados, considerado escuela de pelotaris que fue demolido en 2017, y el Frontón Inclán, en la colonia Centro, es propiedad de una de las familias de mayor tradición y hasta la fecha se mantiene en funcionamiento.

En la CDMX también se juega en espacios privados como el Club Mundet y el Club España. Y si bien no hay una escuela oficial que enseñe el Jai Alai —pues se ha considerado un deporte de élites—, la UNAM tiene una asociación a la que pueden inscribirse los estudiantes, y el Club Futurama en Lindavista también tiene clases de frontenis para todo público. 

Además de que en los deportivos de las alcaldías y los de barrio existen canchas para practicar este deporte que ha dado medallas oficiales y de exhibición a nuestro país, y que de forma cotidiana se juega sin herramientas, golpeando pelotas de goma a mano limpia.

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