La ley se esfuma de los bares

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Aunque está prohibido fumar en espacios públicos de la CDMX, algunos locales violan esta medida con tal de mantener a sus clientes

ARTE: ANDREE ÁVALOS

Una oficina, casa o establecimiento donde se fume al interior provoca una calidad del aire similar a la de una ciudad contaminada, y aunque desde 2008 la CDMX es 100% libre de humo de tabaco, algunos negocios, casi siempre nocturnos, permiten el consumo al interior para no perder a sus clientes.

“Al principio había mucha renuencia para aplicar esta medida, pero el fallo fue a favor de proteger la salud de los no fumadores y desde ahí la gente y los empresarios han ido aceptando”, explica Julio Ramírez Hernández, director de Fomento Sanitario, Análisis y Comunicación de Riesgos de la Agencia de Protección Sanitaria (APS).

Aunque para las autoridades el balance es positivo, las denuncias por violaciones a la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores continúan, pero no con la frecuencia deseada, pues en promedio la APS solo recibe 150 quejas anuales.

“Aquí se percibe la poca cultura de la denuncia, pues aunque todavía hay lugares en donde se fuma, la gente no se está quejando y nosotros no tenemos capacidad para vigilar todos los espacios públicos cerrados”, explica Ramírez.

La apatía para denunciar provoca ausencia de sanciones, pues en nueve años, el Invea no ha resuelto ninguna sanción y los ‘jalones de oreja’ se han quedado en recomendaciones técnico-sanitarias, como la falta de señalización al interior que indique la prohibición de fumar. Aunque en caso de demostrar faltas a la ley, las sanciones contemplan multas, suspensión, clausura o arresto por 36 horas.

Fumadores rompeleyes
Pero existe una relación entre el tipo de clientes que frecuentan los lugares que menos toman en serio la ley antitabaco.

La Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes señala que, aunque el consumo de cigarros es menor respecto a otros países, en México el 26% de la población entre los 12 y 65 años es fumadora .

Sin embargo, a partir de las encuestas de 2006 se observó un cambio: la cantidad de jóvenes fumadores, especialmente mujeres, se disparó, y un ejemplo está en la CDMX, donde la prevalencia de tabaquismo en estudiantes de secundaria es del 28%.

Al respecto, el director de Fomento Sanitario destaca que los antros y bares nocturnos son los que más quejas tienen, y los jóvenes, los más renuentes a respetar la ley.

Por consentir a clientes

Según un estudio publicado en 2016 por la Unión Internacional contra la Tuberculosis, en el que se analizaron seis ciudades en el mundo con legislaciones libres de humo de tabaco, en la CDMX, el 30% de los bares, antros, cantinas y cafeterías de la zona Centro permiten a sus clientes fumar al interior
del establecimiento.

Las mediciones se llevaron a cabo en la Zona Rosa, Polanco, Condesa, Roma, Narvarte y Centro. Aunque, en la práctica, el consumo de cigarros al interior de los locales se extiende a las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Coyoacán y Tlalpan por ser las que concentran la mayor cantidad de giros nocturnos.

De acuerdo con meseros y restauranteros consultados por Máspormás, aunque hay establecimientos que siguen las reglas, los clientes exigen fumar. “Algunas personas no saben que está prohibido o ya con unas ‘copas encima’ quieren fumar en el interior. Ahí es cuando, como negocio, nos ponen en aprietos porque la gente se enoja si los contrarías, te insultan o se van a otros lados en donde sí se los permiten. Al final, nosotros somos los que perdemos”, explica Fernando Solís, mesero en la Juárez.

En un balance, Antonio Macías, supervisor de un restaurante en Coyoacán, considera que, con esta ley, la clientela aumentó. “Se hizo un ambiente más familiar, y ya no vienen solo a fumar como antes”.

Pese a que en los sitios públicos cerrados está prohibido fumar, no se ha logrado observar una disminución en el número de fumadores por esta razón. Esto se debe, según el representante de la APS, a que la ley no es prohibitiva, sino que solo limita los espacios para fumar sin restricciones.

Otro efecto colateral
A pesar de las dificultades para determinar cuántas personas mueren y se enferman a causa del tabaquismo, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) calcula que en la CDMX fallecen siete mil personas cada año: dos mil por consumo directo del cigarro y el resto por enfermedades asociadas. Mientras que la Secretaría de Salud local estima que 50 mil personas podrían estar enfermas de algún padecimiento relacionado.

De acuerdo con Ángel Vega, neumólogo, los fumadores pasivos se ven más afectados que los activos, pues la combustión del cigarro hace más nocivas algunas de sus partículas y quedan adheridas en los pulmones. “Por eso es necesario endurecer las sanciones a quien fume en un lugar público y encerrado, porque está atentando contra la vida de otros”, enfatiza el especialista.
Sumar un problema de salud pública a consecuencia de una legislación que en la práctica es laxa, ¿debería ser suficiente para endurecer la ley antitabaco? Tal vez valdría la pena hacerlo, sobre todo en una ciudad ya de por sí contaminada.