Llevar el arte a lo cotidiano

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Esta compañía de danza clásica se adueña de los cruces peatonales para presentar shows bajo el proyecto “La teatralidad del espacio urbano”, con el que pretenden acercarse a un público más amplio.

En una tarde cualquiera en la Ciudad de México, frente a una decena de autos, bajo el rayo del sol sofocante y sobre el gris del asfalto aparecen cuatro mujeres vestidas en tonos rosados. Se mueven con la precisión de un reloj suizo al compás del Vals de las flores, de Tchaikovsky. Solo ellas saben lo que va a ocurrir en los próximos 50 segundos.

Vestidas con tutú, las cuatro llevan el cabello recogido y caminan sobre las puntas de sus pies. La gente que avanza sobre el cruce peatonal de la avenida Miramontes y Calzada de las Bombas se sorprende al ver que las jóvenes bailan y lo hacen con gracia.

Con suaves movimientos, las cuatro mujeres estiran brazos y piernas, pasan de la segunda a la tercera posición, giran como si fueran sirenas en una prueba de nado sincronizado y, al mismo tiempo, como movidas por hilos, se desplazan de derecha a izquierda y pegan gráciles saltos.

Segundos antes de que el semáforo se ponga en verde, las bailarinas ejecutan un arabesque, una de las posiciones básicas del ballet clásico, y terminan su show agradeciendo a los espectadores. Pocos se percataron de que estaban atestiguando El Cascanueces, que abandonó su escenario habitual para apoderarse de una calle chilanga.

La idea de hacer esta serie de presentaciones surgió durante una sesión fotográfica de la compañía de danza clásica Ardentía, que buscaba retratar a sus bailarines en entornos urbanos, como estaban haciendo compañías en otras ciudades del mundo.

Con ello en mente, salieron a Eje Central e hicieron su sesión de fotos frente al Palacio de Bellas Artes, luego recorrieron la calle de Madero enfundadas en su vestuario.

“Nos dimos cuenta de que causábamos mucho interés, la gente nos pedía fotos, se nos acercaba con mucha sorpresa. Algunos nos dijeron que solo habían visto bailarinas en la televisión, y de verdad los intrigaba saber que somos personas normales”, dice la bailarina Manuela Ospina.

Esas reacciones inesperadas durante la sesión de fotos y el recorrido por Madero hicieron que la maestra Reyna Pérez, directora y fundadora de la compañía, pensara en montar números especiales y en aprovechar las calles para acercar la danza a las personas.

La primera idea fue tener presentaciones en plazas públicas y parques, pero no les convenció del todo hasta que decidieron montar pequeños shows en los cruceros viales.

Adaptación y acercamiento

La danza, el teatro y la música no deben estar encerrados en un recinto, dice Jesús Murguía, intérprete de la compañía. “Debemos pensar y buscar cómo adaptarnos y acercarnos a quienes no pueden pagar la entrada a un espectáculo, necesitamos que la gente que dejó de ir al teatro regrese, hacer que niños y adultos se sorprendan e interesen: esa es nuestra labor como artistas”, dice.

Convertir el arte en algo que se vive en la cotidianidad es otro de los objetivos de esta compañía, y lo están haciendo a través del proyecto “La teatralidad del espacio público”, con el que se adueñan de los cruceros chilangos por 50 segundos para danzar acompañados por las notas de Tchaikovsky.

Hasta ahora, el reto no ha sido sencillo. Presentarse en las líneas blancas pintadas sobre el pavimento gris de los cruceros también fue un rompimiento para las bailarinas, quienes ahora tienen que batallar con otros obstáculos, como el calor, los baches y las reacciones “más humanas”, afectuosas, alejadas de la sobriedad de los aplausos del teatro.

“El hecho de que la gente nos pidiera fotos, se bajara de su auto y gritara de gusto nos hizo pensar que muchas veces solo pensamos en recibir los aplausos en el escenario, pero creo que esta experiencia de darle a la gente algo que a lo mejor nunca había visto es mucho más reconfortante para nosotros, más palpable”, asegura Manuela.

No es la primera vez

Ardentía no es inexperta en salir a las calles. En 2017, la compañía celebró sus 15 años con un performance sobre Paseo de la Reforma, a la altura del Auditorio Nacional.

“Queríamos invitar a la gente a nuestra temporada por aniversario y nos fuimos a ese cruce. Fue muy curioso porque hasta nos subimos a los peseros durante los semáforos en rojo, hacíamos algunos movimientos estando adentro y luego nos bajábamos por la puerta de atrás.

Con el proyecto “La teatralidad del espacio urbano”, los integrantes de esta compañía han montado espectáculos en los cruceros que rodean el parque La Moderna, en avenida Xola, así como en el cruce de Canal de Miramontes y Calzada de las Bombas.

En su segunda semana visitaron la colonia Roma, donde se presentaron en las calles aledañas al Jardín Pushkin, y un día regresaron al sur de la CDMX para maravillar al público que andaba por Insurgentes, a la altura del parque La Bombilla.

Este proyecto continuará todos los sábados y domingos hasta el próximo 9 de septiembre. Si quieres ser testigo del espectáculo, te recomendamos estar al pendiente de sus redes sociales, en las que dan a conocer la ubicación exacta y los horarios en los que se presentarán, pero como tip te contamos que tienen planeados shows en las delegaciones Tláhuac y Milpa Alta, así como en mercados de la zona centro de la Ciudad de México.