Educar con robots, a familiarizarlos con la tecnología

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RobotiX busca enseñarles a los niños las habilidades necesarias para el siglo XXI. Su objetivo es que, jugando, los niños se conviertan en creadores de tecnología y la utilicen para crear un impacto social

 

En este lugar, los robots no son un objeto metálico de ciencia ficción al estilo WALL-E o R2-D2. Son más bien experimentos en los que cada cable y conexión tiene una función determinada: si lo programo así, debería mover un brazo; si presiono aquí, debería caminar en línea recta o dar una vuelta de 360 grados. Puede sonar complicado, aburrido o demasiado tecnológico, pero ningún niño lo percibe así: se divierten, están atentos y mantienen su curiosidad durante las clases.

Nos encontramos en uno de los centros de RobotiX. Está ubicado en la Condesa, en avenida Nuevo León. En una mesa rectangular hay seis alumnos —cuatro niños y dos niñas—, todos observan una pantalla enorme en la que un maestro explica un concepto de programación; frente a ellos hay algunos modelos llenos de cables y conexiones. Arantza, una de las alumnas —nos cuenta Pablo Tomás Hernández, ingeniero y director de proyectos en RobotiX—, lleva más de cinco años acudiendo a clases y representó a México en la World Robotic Olympiad en Rusia. Otros han ganado competencias en la NASA.

Las salas del centro no se parecen a un salón de clases: no hay pupitres, libros ni pizarrones. Los reemplazan mesas alargadas llenas de cables, bloques para armar y otras piezas para crear robots, y hay pantallas que funcionan para explicar conceptos. Además, distribuidas en varios puntos, hay mesas pequeñas que tienen encima diferentes tipos de robots: desde pequeños modelos casi humanoides hasta unos cuadrados de más o menos diez centímetros construidos con bloques para armar y cables. Dependiendo del nivel, los niños construyen y programan robots cada vez más complejos, con un mayor número de funciones.

“Hoy en día los niños están en una nueva época: en la era digital”, explica Pablo. “Lo que queremos es que nuestros alumnos lo aprovechen al máximo y no sean solo consumidores de tecnología, sino creadores”.

Un modelo educativo distinto

Los cursos de RobotiX en los centros de la Ciudad de México incluyen 12 niveles —cada uno se adapta a la edad de los alumnos, la mínima es de seis años— y duran cinco meses. También hay cursos de verano.

Independientemente del nivel, las clases se dividen en cuatro: la primera es una activación que puede ser una canción, una serie de movimientos físicos o un juego. Después sigue la parte teórica (que también se enseña a través de juegos y actividades dinámicas) y la práctica (en la que se aplican los conceptos a través de los diferentes robots). Al final hay una reflexión que busca despertar la curiosidad para que los alumnos investiguen más sobre el tema por cuenta propia.

Esta metodología ha sido reconocida por la Secretaría de Economía y Singularity University; además, la respaldan alianzas con empresas como Dell, Computer Aid y Lego. RobotiX va más allá de las clases: se ha convertido en un modelo educativo que busca enseñar y desarrollar habilidades necesarias para el siglo XXI, a través de la tecnología.

“Nuestra metodología está alineada a las nuevas tecnologías: los temas que vemos tienen que ver con lógica matemática, liderazgo, comunicación y trabajo en equipo”, cuenta Pablo. “Queremos despertar la curiosidad y creatividad de los niños, así como su preocupación para solucionar problemáticas de su comunidad”.

La historia de RobotiX

El proyecto inició hace 15 años: sus fundadores —Roberto Saint Martin, Ricardo Correa y Samuel Beutelspacher— comenzaron a dar clases a sus compañeros cuando estudiaban Ingeniería en Mecatrónica en uno de los campus del Tec de Monterrey en la CDMX.

Con el paso del tiempo, RobotiX (soyrobotix.com) se convirtió en un movimiento educativo. En 2006, se abrió el primer centro en la CDMX en Miguel Ángel de Quevedo; a este le siguieron cinco más (en Lindavista, Satélite y Condesa, y dos más en otros estados). Después, la metodología se extendió a escuelas privadas y públicas. Hoy, la organización tiene proyectos en conjunto con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Secretaría de Educación Pública.

La expansión puede verse en cifras: hoy, la metodología de RobotiX se aplica en más de 900 centros educativos. Además, 90 mil alumnos se han graduado de sus diferentes cursos y hay 40 mil activos en todo el país.

Diversos talleres

Además de los cursos de cinco meses, RobotiX organiza diferentes eventos y talleres tecnológicos para acercar a los niños y sus familias a los temas relacionados con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Este verano, por ejemplo, se abrirán 11 cursos nuevos para niños desde los cuatro años en sus diferentes centros. Serán del 9 de julio al 27 de agosto. En algunos se enseñará robótica, en otros, electrónica, diseño de videojuegos o de aplicaciones y unos más serán sobre creación de proyectos de tecnología.

Seis de estos cursos —Pequebots, Mundo Marino, Robosafari, En busca de tu espíritu animal, Game Lab y Apps Lab— seguirán la temática de tecnologías por el planeta. Este tema fue el elegido para su evento anual más grande, RobotiX Faire, celebrado en junio pasado. El objetivo es que los niños utilicen diferentes tecnologías para crear soluciones que ayuden a cuidar y proteger el ambiente.