El tío Vladimir

Opinión

Leo, con curiosidad, a defensores locales a ultranza del presidente ruso Vladimir Putin. Muchos de ellos comparten con asiduidad notas del portal web RT, que, aunque quizá no lo saben, son siglas que corresponden a Russia Today y que es un medio oficial del poder ruso. Vladimir Putin es, con seguridad, el político más enérgico y astuto que ejerce el poder en el planeta en este momento. No sólo ha conseguido parar de tajo la decadencia que la derrota en la Guerra Fría parecía preconizar para la presencia internacional rusa, sino que ha conseguido convertirse en el hombre del momento. ¿Quién gana con las acusaciones de que Putin y su gobierno metieron “mano negra” en las elecciones de Estados Unidos para que ganara Donald Trump? Él es el ganón, desde luego. No hubo un máximo líder soviético que hubiera soñado con la posibilidad de tener esa injerencia en la política del enemigo natural. Y aunque no fuera cierto, el hecho es que nadie duda que Putin fuera capaz. Con lo cual, y al menos en términos de imagen pública, da lo mismo si lo hizo que si no.

¿Qué más? Putin ha conseguido forjarse a fuego y hierro una imagen de “hombre fuerte” que pisotea sin piedad a los terroristas. Nos guste o no, la campaña rusa en Siria consiguió en semanas avances que las fuerzas apoyadas por Occidente no consiguieron en meses. ¿Quién sacó a ISIS de los encabezados? Putin. Cuando le atribuyeron la frase de “Yo no tengo miedo de los terroristas. Ellos deben tenerme miedo a mí”, le hicieron otro favor a esa efigie todopoderosa que el líder ruso se ha esforzado en crear. Resulta curioso también ver las caravanas que Donald Trump le ha rendido, al menos hasta ahora. ¿Es Putin el hombre más poderoso del mundo? Sinceramente, sí. ¿Es un líder admirable, intachable, un defensor de valores y principios al estilo Mandela? Eh… Francamente, no. La evidencia en ese sentido es interminable.

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Pero me parece que buena parte de sus admiradores locales en realidad no piensan en todo esto que enumero, sino que parecen creer que Putin es una suerte de heredero de la Unión Soviética. Y aunque, sí, en ella se formó (y ni más ni menos que en la KGB) parecen olvidar que, políticamente, no tiene nada, pero nada que ver con el comunismo. Rusia Unida, el partido de Putin, es pragmático antes que nada, pero se identifica con el nacionalismo y el conservadurismo. Sus relaciones con el clero ortodoxo, mayoritario en Rusia, son excelentes. ¿Les suena esto a postcomunismo o, al menos, a izquierda? Claro que no.

El asunto es que hay quien necesita apoyar a quien parezca un mejor contrapeso para EUA. Y como China ha optado por un capitalismo salvaje que hace palidecer a los propios gringos, pues queda él. Podemos reírnos de que haya una petición en change.org para que Putin invada México y deponga al gobierno (lleva 15 mil firmas). El hecho es que son cada vez más los que lo ven como redentor.