Ciudad de necios | Policía diferente

Opinión

Necios que creen que todos son iguales. Necios que se esfuerzan por hacer bien las cosas

En las redes sociales condenaban a la Jefa de Gobierno por haber subido una foto con él: “¿Por qué lo expone de esa manera?”, decían. “¿No se da cuenta de que al revelar su identidad lo pueden matar?”, “¿Acaso no sabe que el crimen siempre se venga de los que lo delatan?”, agregaron otros. En la foto aparecen dos mandos policiacos, Claudia Sheinbaum y él, el policía que agarró a la semidesnuda Esperanza “N”, quien corría mientras se desvestía en la calle para burlar a las autoridades para no ser reconocida después de presuntamente haber asesinado a los dos israelíes en la salada plaza Artz Pedregal.

El Comandante Gerardo Suárez Barrón me dijo ayer en la entrevista que le hice en el programa de televisión que conduzco en Imagen que no tiene miedo: “No hay por qué temer cuando uno hace bien su trabajo”. Lo dice un comandante en la ciudad en la que hay ciudadanos que no respetan a los policías. No los ven como autoridad, no valoran la vida que dan por nosotros. Y claro, la ciudad en la que hay policías que chingan a los capitalinos. Es una relación de desprecio: “Es algo que debemos recuperar: el respeto y la convivencia”, dice. Qué difícil. Es un círculo perverso.

A su entender, la escena del crimen de Artz fue “impactante”. Nunca había visto algo similar. Una balacera que casi cobra la vida de uno de sus elementos: “Yo soy encargado de la seguridad en esa plaza. Cuando oí el reporte, temí por las vidas de los visitantes y mis elementos… al estar cerca vi a una mujer semidesnuda que caminaba sobre la lateral de Periferico. Le dije a mi conductor que se detuviera, me bajé, le di alcance. Me dijo que ella no había hecho nada y que se quería ir, la detuvimos y rindió su declaración”.

Qué siente cuando los chilangos le faltan al respeto a los elementos de su corporación, le pregunté. “Me da tristeza, porque hay quienes hacemos las cosas bien y por sacar un video en redes sociales nos faltan al respeto”. Algunos se han ganado el desprecio de los traficalinos: “Sí, hay compañeros que han cometido errores”.

¿Hay solución a esta relación intensa entre unos y otros? ¿Algún día los chilangos veremos a los policías con admiración, respeto y cariño? ¿Algún día perderemos el miedo de atravesar una calle oscura y ser detenidos por una patrulla? ¿Llegará el momento en que las niñas y niños vuelvan a soñar con ser policías… y no ladrones?

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