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Ciudad de necios| ¿Quién leerá esto?

Opinión

Necios que no quieren leer. Necios que no preguntan por qué

¿Alguien del nuevo gobierno federal se ha sentado a platicar con quienes no leen? ¿Les han preguntado su nombre, dónde viven, con quiénes, si tienen miedo al crimen, qué les ilusiona, qué comen y cuánto, si el oficio que realizan les gusta, qué soñaron anoche, cuántas horas durmieron, por qué están encabronados, por qué están tranquilos, si hay alguien enfermo en casa, si lo que ganan les alcanza, si saben leer, si lo creen importante, en qué se gastan el dinero, hasta qué grado estudiaron, por qué no siguieron estudiando…? ¿Alguien en el nuevo gobierno federal revisó las mediciones hechas hasta hoy sobre por qué la gente lee o no lee? ¿Alguien en el nuevo gobierno se ha preguntado por qué no sabemos quiénes leen, cuántos lee, qué leen o por qué no lee? ¿Alguien en el nuevo gobierno hizo a un lado el idilio y optó por revisar los estudios en materia de lectura en México para que la estrategia resulte?

Lo pregunto porque parece que nos aventamos como el Borras en Mocorito, la Atenas de Sinaloa, donde floreció el poeta Enrique González Martínez, la heroína Agustina Ramírez y el estadista e historiador Eustaquio Buelna. Donde la rebeldía se apoderó de los generales legendarios de la revolución mexicana, Rafael Buelna y Felipe Riveros, y Arnoldo Martínez Verdugo se consagró como una estrella social de izquierda. Si la estrategia es que los libros cuesten baratos para que haya más lectores llevándolos a los rincones más vulnerables del país, me parece relevante pero no suficiente.

“Por eso es que estamos promoviendo la lectura. Porque necesitamos fortalecer valores culturales, morales, espirituales, no solo de pan vive el hombre”, les dijo el presidente López Obrador a quienes no tienen ni para el pan en Mocorito. ¿Quién va a fortalecer esos “valores”? ¿Quién les dijo que las mujeres y hombres que no leen deben seguir los preceptos “morales” (¡ahora los políticos nos van a decir lo que es bueno y malo!) y hasta los espirituales (saludos al laico Benito Juárez)?

Paco Ignacio Taibo II, quien llegó al Fondo de Cultura Económica gracias a la papiroflexia introductoria de Morena al arrasar contra los opositores en las urnas, es, desde mi punto de vista, un verdadero promotor de la lectura, un escritor de primer orden con las credenciales suficientes para encabezar el Fondo y para representar la “revolución de la lectura” que tanto hace falta en el país, y por eso creo que un admirable hombre como Taibo II debe considerar respuestas más complejas ante el desánimo por leer. Y es que parece, ¡ah, caray!, que si la gente no lee poco tiene que ver con el precio de los libros, contrario a lo que se dijo en Mocorito.

El Inegi (Módulo de Lectura, 2018), hoy amenazado con desaparecer, encontró esto: 55% de la población no ha tomado ni siquiera una revista o un periódico en los últimos 12 meses. Del total de los encuestados, el 45% dijo que no lee por falta de tiempo, 24% por falta de interés, 14% prefiere hacer otras cosas y el 1.7 % aceptó que por falta de lana. ¿Entonces bajando el precio de Juan Pérez Jolote, de Ricardo Pozas; Vida, pasión y muerte de Tenochtitlan, de Eduardo Matos e Introducción a la historia, de March Bloch, los encuestados tendrán mágicamente más tiempo para leer, se interesarán automáticamente por la lectura y preferirán tomar un libro por encima de lo que hoy les gusta hacer? Creo que no.

¿Formaremos lectores (esos que elijan sus valores morales y espirituales en libertad) bajando el precio de los libros? Me gusta que los libros cuesten menos, —es más, hasta que los regalen (y miren que soy autor de un par de libros y sé que esto que escribo compromete las finanzas de las editoriales)—, pero parece que abaratar no es suficiente. Otras preguntas que recomiendo hacer: ¿Por qué te gustan más los libros de autoayuda que los de filosofía? ¿Por qué prefieres el porno de El libro vaquero sobre la Introducción a la historia de Bloch? ¿Quién eres? ¿Cuánto tiempo libre tienes después de la chinga diaria? ¿Qué libros quieres que te traiga y cuánto quieres pagar por ellos? ¿Por qué no has leído nada en un año? ¿Por qué no te gusta leer? ¿Te parece caro leer? ¿Por qué prefieres gastarte tu dinero en saldo para tu celular o para comprarte un teléfono hiperinteligente mejor del que ya tienes, por ejemplo?…