La nueva versión de Guillermo del Toro no es terror: es una historia de amor, humanidad y belleza inesperada
Por Liz Basaldúa*
La espera terminó: después de más de 30 años de soñarlo, Guillermo del Toro presenta su versión de Frankenstein. Esta reinterpretación de la novela de Mary Shelley no busca repetir la historia que ya conocemos, quiere conmovernos, romper arquetipos y hacernos mirar al “monstruo” como nunca antes. Aquí tienes diez razones para verla.
1. Un proyecto que Del Toro esperó 30 años
Guillermo del Toro ha dicho que esta historia lo ha acompañado desde la infancia. Frankenstein no es un personaje cualquiera para él: es un símbolo que lo ha inspirado durante toda su carrera. Por eso esta película no se siente como un simple remake, sino como una carta íntima escrita con paciencia, obsesión y devoción.
2. Un monstruo bello
Olvida todo lo que recuerdas del monstruo de Frankenstein: la cabeza plana, los tornillos, los pasos pesados. La criatura, interpretada por Jacob Elordi, fue imaginada como “una obra de arte”, con la pureza de un alma recién nacida. Del Toro quiso que viéramos la belleza en aquello que el mundo suele llamar monstruoso. En lugar de inspirar miedo, este ser despierta compasión. Lo van a amar y hasta llorar con él.
3. Un Victor Frankenstein fuera del molde
Oscar Isaac interpreta a un Victor Frankenstein que no nada más es científico, es también artista. La película muestra con detalle cómo esculpe, disecciona y ensambla a la criatura como si se tratara de una obra maestra anatómica. Ya no es el clásico ladrón de tumbas que crea vida a partir de la oscuridad. La relación entre Victor y su creación es más íntima y perturbadora que nunca.
4. No es un drama de época pastelosa
Del Toro tenía claro que no quería hacer una cinta encorsetada en la estética “de época” tradicional. Cuando Shelley escribió su novela en 1818, Frankenstein era una obra moderna, no un relato del pasado. Por eso esta versión respira actualidad: los colores son intensos, los vestuarios tienen fuerza y el mundo que rodea a los personajes se siente vivo, casi contemporáneo.
5. Una historia de perdón y amor
A diferencia de otras versiones que se centran en el horror, esta película tiene un corazón profundamente emocional. Del Toro ha dicho que en ella volcó un proceso personal: el momento en que dejó de ser hijo para convertirse en padre. Frankenstein es, para él, una historia sobre perdonar, aceptar y reconocerse en el otro. No es sólo la historia de un creador y su criatura, sino de un padre y un hijo que buscan entenderse.
6. Elenco de primer nivel
Además de Oscar Isaac y Jacob Elordi, la cinta cuenta con Mia Goth y Christoph Waltz. Cada actor aporta matices únicos: Isaac da vida a un Victor atormentado, Elordi logra transmitir la fragilidad de la criatura, Goth imprime misterio y Waltz, elegancia y oscuridad.
7. Efectos prácticos, no solo CGI
En un mundo saturado de efectos digitales, Del Toro apostó por volver a lo tangible. Los efectos prácticos (maquillaje, prótesis, escenografía artesanal) son esenciales para darle vida a la criatura. Christoph Waltz incluso bromeó al respecto: “CGI is for losers”.
8. Un mensaje urgente sobre lo humano
La pregunta central de Frankenstein siempre ha sido: ¿quién es el verdadero monstruo? La criatura, que busca amor y comprensión, o la sociedad que la rechaza. Del Toro recupera este dilema con fuerza renovada, en un momento histórico donde la intolerancia y el miedo a lo distinto están a flor de piel.
9. Escenarios visualmente deslumbrantes
Del Toro no improvisa: antes de filmar, llenó cuadernos con ilustraciones, mapas anatómicos y trazos que sirvieron de guía para cada escena. El resultado es un universo visual hipnótico. Desde laboratorios húmedos hasta salones góticos iluminados como pinturas barrocas, cada plano parece extraído de un cuadro.
10. Porque probablemente vas a llorar
Sí, hay horror, oscuridad y monstruos… pero también hay belleza. Frankenstein es una historia sobre lo que significa ser humano, sobre las heridas que cargamos y la necesidad de ser amados. Del Toro construyó esta película como un espejo: quien mire con atención no sólo verá a una criatura, sino su propio reflejo.
*Texto adaptado para Chilango Diario