Calor excesivo desencadena estrés térmico y violencia en la población

Por: Alberto Rivera Meza
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Problemas para dormir, vértigo, mareos, ansiedad, tristeza y bajo rendimiento laboral, son algunas consecuencias de las altas temperaturas, según la UNAM y el CIDE

Las altas temperaturas de la temporada primaveral en México provocan no sólo un calor intenso en el ambiente, también el denominado estrés térmico en la población y con ello, diversas afectaciones al organismo humano. Se trata de “un estado particularmente asociado con un estrés tanto psicológico como metabólico”, acompañado en ocasiones por hipertermia, es decir, cuando los mecanismos reguladores de la temperatura corporal fallan y ésta se eleva por encima de lo normal, explica Hugo Sánchez Castillo, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Entre las consecuencias, están los problemas de sueño, sensación de vértigo, mareos, ansiedad, tristeza, bajo rendimiento laboral, accidentes cerebrovasculares y muerte (en casos muy severos). El especialista señala que el calor excesivo puede detonar una respuesta fisiológica en nuestro organismo, además de generar mecanismos adaptativos para nuestra supervivencia, entre ellos, la violencia.

“El calor no necesariamente nos vuelve violentos de manera inmediata”, aclara, pero existe la posibilidad de desencadenar este tipo de comportamientos debido a la exposición a “microestresores” que aumentan bajo estas condiciones climáticas extremas, como hacinamiento en el transporte público o el tráfico. Es la acumulación de eventos que colocan a las personas en una situación incómoda y en consecuencia, a responder de manera agresiva.

De acuerdo con el análisis El calor de la violencia; un estudio empírico del impacto el aumento de la temperatura ambiental sobre la violencia intrafamiliar en México, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), existe una correlación entre los fenómenos natural y social, ya que demuestra que por cada aumento de un grado de temperatura en el ambiente, corresponde al incremento de 3% en el número de casos de violencia familiar: “las altas temperaturas pueden alterar la conducta humana a tal punto de inducir reacciones agresivas y actos violentos”, detalla el estudio. 

Para Mario Alberto Arias García, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, en climas más cálidos existe la posibilidad de un aumento de delincuentes motivados y objetivos adecuados, como personas que pasan tiempo al aire libre, lo que puede llevar a un incremento de los conflictos interpersonales y la agresión.

Explica que cuando la temperatura se incrementa, se modula la funcionalidad del hipotálamo, el cual se divide en dos partes: “la dorsal, encargada de la sensación de temperatura, y la ventral, que regula las emociones, especialmente de la conducta agresiva”, sobre todo en quienes tienen problemas para controlar estas actitudes o  con un perfil depresivo.

En 2023, el Yale Journal of Biology and Medicine, del Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos, publicó el estudio Asociación positiva de la agresión con la temperatura ambiente, el cual revela que “el riesgo general de muerte por agresión aumenta 1.4 % por cada grado centígrado de aumento en la temperatura ambiente”.

Señala además que dicho fenómeno ocurre principalmente en hombres, adolescentes y personas con menor nivel educativo, ya que el estrés por calor puede incrementar la irritabilidad y el comportamiento agresivo al afectar los procesos cognitivos y la actividad de neurotransmisores en el cerebro.

Temperatura ideal

De acuerdo con el profesor Sánchez Castillo, existen diversos estudios que identifican cuatro variables, las cuales desencadenan el estrés térmico en ambientes interiores y exteriores :

  1. Temperatura alta. Lo ideal sería que el termómetro marcara entre 22 y 24 grados centígrados durante todas las estaciones del año; sin embargo, en la Ciudad de México se rompieron récords históricos con hasta 34.2 grados el pasado 15 de abril, lo que no ocurría desde el 9 de mayo de 1998, cuando se alcanzaron 33.9 grados en la capital del país, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
  2. Humedad relativa del ambiente. Este factor influye en la sensación térmica, ya que la condición ideal para que el aire pueda llegar a los alvéolos es a una temperatura de 37°C y una humedad relativa de 100%, esta condición se le conoce como límite de saturación isotérmica, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Colima. 
  3. Objetos del entorno que nos rodea. Dicho fenómeno se incrementa en espacios con muchos equipos de cómputo o por los materiales de construcción de techos, paredes y suelos de los edificios. A ello se suma la aglomeración de personas en las zonas de trabajo.
  4. Flujo de aire. Debido a que el mecanismo de transferencia del calor es la convección, el movimiento del aire lo dispersa, sin embargo, la falta del flujo del mismo provoca la acumulación y aumento de las altas temperaturas.