Sin opción de vivienda, la ciudad expulsa a 23 mil familias al año

Por: Redacción
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La diputada Frida Guillén impulsa cuatro iniciativas para poner un freno a la gentrificación en la capital del país

Por Katya López Cedillo

De acuerdo con la diputada Frida Guillén, del Congreso de la Ciudad de México, la gentrificación ha costado vidas de ciudadanos y ha expulsado a nativos de barrios y colonias de la capital del país, obligándolos a desplazarse a las periferias del Valle de México. Por ello, la legisladora propone iniciativas de ley que regulen cómo cobrar impuestos a los nómadas digitales (quienes regularmente llegan del extranjero) radicados en la capital.

“La gentrificación está costando la vida al desplazar a familias a zonas inseguras donde a veces no tienen los servicios que antes sí tenían; es un fenómeno social y económico que crece a costa de sus habitantes y mientras no haya políticas públicas que lo contengan, nada la detendrá y ya genera cambios serios porque los costos de vivienda de alquileres aumentan de forma desmedida, sin regulación ni lineamientos; las personas que viven allí hace años o generaciones son expulsadas y deben hacer grandes desplazamientos para llegar desde su nuevo hogar a trabajar, estudiar o alguna otra actividad que antes realizaban sin pasar cuatro o cinco horas en traslados”, comentó Guillén.

El fenómeno social de la gentrificación se intensificó durante la pandemia por COVID-19, cuando a nivel mundial iniciaron las políticas laborales de trabajar desde casa; los trabajadores buscaron opciones más económicas para vivir y del extranjero (en especial desde Estados Unidos) llegaron más empleados con el formato home office a vivir a la capital, con la ventaja de que perciben sueldos en dólares, mientras que en la ciudad pagan en pesos.

Desalojan a inquilinos


Según un estudio publicado este año por el Proyecto del Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), la ciudad expulsa cada año a más de 23 mil hogares por falta de opciones de vivienda; sin embargo, es una población que continúa laborando y consumiendo servicios básicos en la urbe, con la consecuente ocupación de las periferias urbanas y cambios de usos de suelo de rural a urbano, mismos que promueven la especulación.

De acuerdo con el PGOT, la oferta de vivienda para segmentos de escasos recursos prácticamente se ha dejado de producir por los altos costos en el mercado del suelo y la escasez de las reservas territoriales. “Hoy en día, en colonias como Hipódromo Condesa, Roma, Juárez, Cuauhtémoc y hasta en otras donde antes no se veía tanto como Guerrero, Doctores y Obrera, les piden a los inquilinos desocupar su hogar.

Los precios de vivienda aumentaron entre 50% y 60% en la ciudad, y por eso, si alguien quiere vivir en un departamento en esas colonias tiene que percibir un sueldo de unos 200 mil pesos mensuales para tener un modo digno de vivir allí y me pregunto: ¿qué ciudadano tendrá una capacidad económica así, si no hay oportunidades laborales?”.

La legisladora considera que cada vez que se usa este boom inmobiliario como fuente de riqueza desmedida sucede a la vez otro fenómeno, en el que hay familias buscando donde crear su hogar mientras miles de viviendas están vacías.

Cuatro iniciativas


Guillén Ortiz propone cuatro iniciativas para corregir el rumbo:

1) Cobrar un impuesto a los nómadas digitales que vivan en un mismo domicilio por más de 20 días.

2) Regular las plataformas de alojamiento temporal.

3) Facultar a la Secretaría de Turismo para determinar qué zonas son aptas y cuáles no para ofrecer este servicio.

4) Que el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) destine el 25% de sus espacios a jóvenes de entre 18 y 35 años de edad, y en el proceso los bancos tengan productos hipotecarios más alcanzables.

“La primera propuesta fue una iniciativa de ley para regular las plataformas de alojamiento temporal en ciudad, y que prevea qué se puede hacer y qué no al formar parte de una plataforma de alojamiento temporal; que Sectur CDMX pueda establecer en un análisis qué zonas son aptas para este servicio y cuáles no; además de apoyar a los jóvenes a tener sus propias viviendas, por medio del INVI. Lo he vivido de primera mano: cuando vas a solicitar un crédito te piden un sinfín de requisitos como un salario de miles de pesos que muchos jóvenes de 36 años aún no tienen”, comparte.

Para la diputada, la problemática no responde a un nacionalismo desmedido, sino a una migración no regulada que dejó en el abandono a los ciudadanos originarios.

“Los nómadas digitales vienen a trabajar y disfrutar la vida de la ciudad. Nosotros también queremos vivir el sueño que viven ellos. Están en nuestra casa y en nuestro país, pero llegan con una falta de política pública que contemple las consecuencias de lo que genera esta desigualdad económica hasta que no podamos vivir el sueño que viven los estadounidenses”.