Voces, tejidos y tambores denuncian la violencia contra las mujeres

Por: Redacción
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Contingentes de mujeres marcharon este 25 de noviembre para hacer conciencia sobre el abuso infantil, la violencia vicaria, los feminicidios y el conflicto en Palestina

Por Katya López Cedillo

Un tejido rojo pendía de los enrejados que cubren la Glorieta de las Mujeres que Luchan. Fue la intervención artística Sangre de mi Sangre, una exposición de cerca de 300 metros cuadrados que cubrió la rotonda de Avenida Paseo de la Reforma, en la CDMX, como una expresión que el pasado sábado formó parte de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Tejedoras de distintas entidades del país enviaron sus piezas para integrarlas a esta intervención, mientras artistas de la capital del país y del Estado de México llegaron a la glorieta a crear más tejidos para unirlos a la magna obra.

“‘Sangre de mi Sangre’ es esta intervención en la que cada persona teje más o menos un metro y se suma lo que tenemos en Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco, Oaxaca, Zacatecas o San Luis Potosí; este tejido es una manera de protesta”, comentó Natalia, quien coordina a las tejedoras que colaboran con la Colectiva Hilos, quienes vistieron de rojo al monumento. “Con esta intervención queremos mostrar el dolor que hemos vivido en esta lucha, con más de 11 mujeres asesinadas al día y miles de desaparecidas”.

Memoria digna


“Representamos esta sangre que se ha derramado, esta sangre que se quiere olvidar; sangre por la que no hay justicia, ni se le da una memoria digna y no vamos a dejar de pedir un cambio para este México feminicida”, agregó Sonia López, cuya sobrina, Fátima Cecilia Aldrighetti Antón, fue asesinada.

Las artistas comenzaron a hilvanar desde temprano mientras llegaban otras agrupaciones, como las integrantes del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, cuya fundación en 2021 contribuyó a establecer organismos similares en Colombia y Argentina.

“Este movimiento trabaja desde el amor. No queremos lastimar a nadie, ni buscar hacerle daño a nadie como lo hacen hacia nosotras; el amor a nuestros hijos es lo que nos motiva porque al final la violencia vicaria se ejerce contra las mujeres pero especialmente contra las infancias que quedan impedidas de ver a sus mamás, a través del uso de recursos jurídicos, porque puedes tener órdenes de restricción o demandas de actos que no cometiste, aunque tú no hayas hecho nada malo y tu ex pareja decida que no eres buena mamá o no quiere que formes parte de la vida de tus hijos […] al final del día se ejerce esta violencia contra las mujeres pero también contra las infancias”, explicó Jessica Muñoz, quien tiene más de un año sin ver a su hija.

Hoy, el frente apoya a más de 4 mil mujeres en México. “Llevo un año con ocho meses sin ver a mis pequeños. El cuadro de violencia vicaria no lo conoces hasta que lo vives: pedí el divorcio, el padre me de denunció por presunta violencia familiar hacia mil hijos y ya ha pasado el tiempo sin darme cuenta que es muy difícil hacer justicia; pero hay que seguir luchando para ver de nuevo a mis pequeños, yo tengo tres: uno de 11 años y mellizos de 5 años”, comparte Teresa Padilla.

También llegaron conjuntos pequeños de personas, como cinco amigas de Rosa de León, quienes denunciaron que ella fue asesinada, presuntamente, a manos de su pareja.

Voces unísonas


Entre batucadas, pancartas y la exigencia de vivir en paz, avanzaron las contingentas de la marcha en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en medio de un saldo blanco y testigos como turistas extranjeros que, curiosos, grababan la protesta.

Las participantes caminaron desde avenida Paseo de la Reforma hasta Juárez, Eje Central y Calle 5 de Mayo para llegar a la Plaza de la Constitución, donde la noche anterior fueron instaladas siluetas lilas de mujeres con el puño en alto, con nombres de mujeres y las causas de sus muertes.

Cada paso fue un llamado a la conciencia de los diversos tipos de violencia que enfrentan las mujeres, entre ellas, el abuso sexual a las infancias, mismo que denunció en esta marcha Citlali Ortega.

“Fui abusada cuando tenía nueve años de edad y hacer esto me da la confianza de ver que hoy te apoyan en estas situaciones. Ha sido un proceso difícil vivir con estos recuerdos y sabiendo que en mi caso solo hay impunidad porque ya pasaron 19 años, pero es importante hacerte valer y darle más herramientas y más confianza a nuestros hijos para que cuando pasen situaciones así lo puedan expresar y les creamos”, compartió.

En esta ocasión, parte de la marcha se realizó en honor a las mujeres y las infancias que sufren los estragos de las hostilidades entre Israel y la Franja de Gaza, en Palestina. Los tejidos rojos, las pancartas y los tambores salieron a las calles con el deseo de miles de mujeres de tener una vida integral y sin ningún tipo de violencia.