Una apuesta por renovar el cine mexicano

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Los directores de Verónica, una película atípica y arriesgada, nos hablan sobre sus influencias, el origen del proyecto y la selección de las protagonistas.

El próximo 25 de agosto se estrena Verónica en cines comerciales del país, así como en los principales recintos cinematográficos alternativos. Es un thriller psicológico dirigido por los mexicanos Carlos Algara y Alejandro Martínez-Beltrán. También podrá verse a través de la plataforma de Netflix.

 

¿Cómo le describen Verónica al público?
Se trata de una película de misterio sobre dos personajes, una psicóloga y su paciente, que están aislados de la sociedad. A lo largo de la cinta, el espectador irá descubriendo si uno de los dos es más peligroso que el otro para encontrarse, al final, con un giro sorprendente.

 

¿Cuál fue el origen del proyecto?
La película surgió por un concurso organizado por el Conarte, en Nuevo León, hace cinco años. En la convocatoria se ofrecía un millón de pesos para hacer una película, lo cual es poco dinero si se quiere realizar un largometraje. Sin embargo, nos emocionó mucho el reto de escribir un guion reducido tanto en personajes como en costos.

Entonces —cuenta Algara—, Tomás Nepomuceno y yo escribimos la historia. Platicamos también sobre la manera en que Persona, de Ingmar Bergman, nos impresionó mientras estudiábamos Guion en Canadá y coincidimos en que sería una buena idea hacer una cinta con un estilo similar:  dos personajes, una locación… Ese fue el origen de la cinta. Después, empezamos a rebotar ideas y le mandábamos fragmentos de la historia a Alejandro.

Perdimos el concurso, pero años después pudimos hacer la película.

 

¿Por qué hacerla en blanco y negro?
Tenemos ya otros guiones, próximos a producirse, pero ninguno de ellos se presta para el formato en blanco y negro. En el caso de Verónica, nos pareció que era la oportunidad perfecta para hacer una película de ese estilo, siempre y cuando tuviera una justificación narrativa de fondo.

 

¿Cómo eligieron la música de la cinta?
Inicialmente, checamos el material de 15 músicos, mientras que a otros les dimos un fragmento de una escena para que la musicalizaran. El problema fue que no estábamos cerca de lo que necesitábamos.

Gracias a Olga Segura, la actriz que interpreta a Verónica de la Serna en la cinta, conocimos a Daniel Wohl, cuyo trabajo nos encantó; le mandamos una escena y coincidimos en que él era el indicado. Además, tiene un gran talento para expresar emociones a través de la música.

 

¿Cómo determinaron que Olga Segura sería la protagonista?
En un principio, los personajes eran hombres —un psicólogo y un paciente—. En algún punto, Tomás y yo —dice Algara—  pensamos en convertirlos en mujer, porque habíamos oído que Lars von Trier hace eso con sus personajes: los cambia de sexo al terminar el primer borrador. Aunque era un ejercicio que nos intrigaba, en esa primera versión nos parecía que la historia se sostenía bien con los dos protagonistas masculinos.

Pero cuando el productor Juan Carlos Segura analizó los borradores, nos propuso replantear la historia con mujeres y nos refrescó la idea: tuvo más sentido y nos gustó mucho.

La primera propuesta de Juan para el papel de Verónica fue Olga Segura. Platicamos con ella, hicimos lecturas y nos pareció la mejor candidata. Tal vez se debe a que se trata de un rostro nuevo y su personaje requiere, en particular, cierta dosis de misterio.

 

¿Y en el caso de Arcelia Ramírez?
Nosotros conocíamos bien su trabajo anterior, además de que Olga nos propuso platicar con ella. Un amigo en común, Horacio Castelo, nos la presentó: fuimos a desayunar y después de una plática breve supimos que Arcelia no necesitaba ninguna prueba. Entonces, nos concentramos más en analizar qué tanta química tendría con Olga al momento de rodar. Cuando las invitamos a leer el guion de principio a fin, confirmamos que las protagonistas estaban frente a nosotros.

Arcelia es el tipo de actriz cuya apropiación del personaje es tal que la lleva a introducirse en cuestiones verdaderamente profundas de su papel.

 

Además de Persona, ¿qué otras películas reconocen como influencia?
En definitiva, The girl with the dragon tattoo. Los thrillers psicológicos de David Fincher son hermosísimos y sus estructuras están muy bien logradas. Cintas como Vertigo y Rear window, de Hitchcock, son grandes ejemplos de cómo desviar la atención del espectador hacia ese punto específico que se quiere alcanzar. El estilo fotográfico de Repulsion, de Polanski, nos marcó. Otra influencia fue Let the right one in.

Dato curioso:
Durante el periodo de preproducción, la psicóloga de Arcelia Ramírez, quien curiosamente se llama Verónica, los asesoró.

(Foto: Lulú Urdapilleta)