Fotografía: cortesía
La intención de la columna de hoy no es dejar por los suelos la serie favorita de nadie. Es más, la mayoría de estas historias me gustaron bastante de inicio, aunque no terminaron de engancharme como al resto de los mortales.
Por 13 razones
Para ser honesta la primera temporada me pareció buena, fiel al libro. Aunque ahí debería haberse quedado, pero quisieron explotar la popularidad que había tenido la historia y desde mi punto de vista la desvirtuaron. Es cierto que toca temas muy importantes de los que nadie hablaba de una manera tan abierta en la televisión estadounidense, sin embargo, la cuantiosa cantidad de crítica social que hacía la serie le hizo perder verosimilitud a las historias haciéndolas forzadas.
Vi todas las temporadas, pero lamentablemente fueron decayendo en calidad a medida que avanzaba.
Dos hombres y medio
Veo sitcoms como si bebiera agua, es uno de los géneros que más disfruto desde que la adultez me ha impedido ver temporadas de capítulos de una hora a la velocidad que antes lo hacía (por favor, qué alguien me salve de esta suscripción a la adultez que no pedí). Sin embargo, esta serie no cuajó conmigo. Lo achaco a que parece estar escrita por y para hombres, es decir, no soy su público objetivo en absoluto. Los personajes me dan un poco de vergüenza ajena y las bromas no me hacen gracia. Intenté verla, pero no lo logré. Pensaba que iba a pasarme lo mismo con The Office, creedme que Michael Scott me saca de mis casillas más que Alan Harper, aún así el resto de personajes y tramas secundarias me hizo disfrutarla.
El juego del calamar
No me entendáis mal en este caso. La serie me gustó, y para ser coreana está cargada de acción, es dinámica y cruda. No todo son telenovelas en la televisión coreana, y suele ser el contenido que más disfruto de ellos. Mi problema es que ya había visto una serie japonesa en Netflix con una trama muy similar que me pareció muy difícil de superar. Se llama “Alice in Bordeline” y la verdad si alguien que esté leyendo esto y no haya visto “El juego del calamar” le recomiendo que vea ésta primero. No son copia una de la otra ni adaptación, pero tienen tantas similitudes que si se compraran la japones (para mi gusto) supera a la coreana.
La casa de papel
Con todo el dolor de mi corazón he tenido que meter esta serie en el listado. Las primeras temporadas son ES-PEC-TA-CU-LA-RES, sin lugar a dudas. En cambio, las siguientes son repetitivas y aunque es estupendo ver a los personajes de nuevo la verdad es que todo es muy forzado. Podían haber hecho una serie en el mismo universo, por ejemplo, y mantener la originalidad del formato que es una de las cosas que más destacó siempre de esta serie. Cosa que acaban de hacer (Berlín, estará en nuestras pantallas muy pronto), pero no era necesario alargar la serie original.
Anatomía de Grey
La vi desde el principio y no puedo negar que me encantó. Lloré, reí y me emocioné miles de veces con los residentes del Seattle Grace. Es más, las primeras 10 temporadas las he visto dos veces, sí, todos y cada uno de los capítulos. ¿Pero cuál es el punto de seguir y seguir inventando casos y relaciones hasta el final de los días? Creo que la serie poco a poco fue perdiendo el foco y aunque era divertido ver entrar nuevos personajes, llegó un momento que fué demasiado para mí. Hace poco leí que “Anatomía de Grey” era el “One Piece” de las señoras, no sé decir si esta afirmación es cierta (confieso que nunca he visto el famoso anime).
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