Contracultura pop | Fiebre de festivales

Ciudad

Cada día hay más, en más ciudades, de más tipos y para más gente. Este fin de semana, a unos cuantos kilómetros de la ciudad, se celebra el que quizá sea el mejor de todos: Ceremonia

¿Por qué hay tantos festivales de música actualmente? Se me ocurren varios motivos. Primero, por la economía de los festivales: la entrada a uno de estos eventos —en los que existe la posibilidad de ver en directo a docenas de artistas— cuesta prácticamente lo mismo que ver a un solo artista (de los principales) actuar por cuenta propia. Por otro lado, la experiencia del festival, que cada vez ofrece más amenidades y se suele llevar a cabo en sedes más o menos amables, supera por mucho a la de ir a cualquiera de los foros de siempre, donde básicamente todo ocurre de manera similar en cada concierto.  Además, los festivales se han vuelto un paraíso para las marcas, que sin reparos desembolsan por tener presencia ahí donde los jóvenes de poder adquisitivo se reúnen. Algunas incluso pagando para que les desarrollen sus propios festivales.

El fenómeno de los festivales es interesante y para abarcarlo a fondo se requiere más espacio que esta columna. A lo que quería llegar es que en esta era de los festivales, el mejor de la comarca, según su servidor, es Ceremonia, el que se lleva a cabo este sábado 1 de abril en el Centro Dinámico Pegaso, ahí cerquita de Toluca.

Es un festival de artistas pop que han pisado la frontera de lo experimental, algunos con más frecuencia que otros. Es un festival que le apuesta tanto a la música nueva y pujante como a artistas consagrados y de larga carrera que rompieron cánones. Es un festival que presume un cartel seleccionado con sentido común y buen gusto.

Este año veremos, en plan estelar, a Björk, quien a través de sus redes sociales ya anunció que ofrecerá un espectáculo diferente al del Auditorio Nacional de ayer miércoles, y al cual se sumará el venezolano Arca, su colaborador. También estarán los legendarios Underworld con su delirante show audiovisual y su techno amable que se niega a envejecer. La voluble M.I.A. con su hip hop politizado. Beach House con sus canciones de cuna para enamorados. El inglés James Blake y el chileno Nicolas Jaar con sus propuestas electrolindas. En la parte inferior del cartel se pone interesante la cosa: Ceremonia es prácticamente el único festival que le apuesta al hip hop, en esta ocasión con dos estrellas en ascenso, DRAM y Vince Staples, curiosamente ambos colaboradores de Gorillaz en su nuevo disco. Y para acabar, vale la pena mencionar el talento latinoamericano que suelen elegir con gran puntería, como AJ Dávila y Banda Bastón. Si son melómanos y no tienen boletos, aplíquense. Si ya tienen, no se hagan los frescos y lleguen temprano. Y ojalá no nos llueva.