Foto: César Mendiburo.

Espantar al espanto

Ciudad

Nada como festejar el Día de muertos en uno de los lugares más terroríficos de la ciudad: la Isla de las Muñecas en Xochimilco. Ya todo mundo la conoce y se ha vuelto tourist trap, pero eso no le quita lo escalofriante, lo original ni lo extraña.

Cuenta la leyenda que, en los 50, una chava se ahogó en el canal y su espíritu se le aparecía al propietario del terreno, don Julián Santana. Para ahuyentarla, el señor empezó a colgar muñecas que encontraba en la basura o flotando. Como le funcionó, siguió coleccionándolas hasta convertir su tierra en lo que podría ser el set de una película llamada La chinampa del terror (¡les regalamos la idea, productores de cine!). Figuras de plástico, tela y madera adornan siniestramente los árboles, las paredes y los tendederos acondicionados para exhibirlas. Ninguna está intacta: están desmembradas, mugrosas, rayoneadas o son híbridos de varios juguetes. 50 años después, Julián murió aquí de un paro cardiaco. Hoy la isla está a cargo de su sobrino, Anastasio Santana, quien asegura que el lugar está libre de hechizos y magia negra. Dice que el objetivo de las muñecas siempre fue “espantar al espanto”. Eso sí: señala que la favorita de su tío es muy milagrosa, y la gente viene a pedirle favores a cambio de pequeñas ofrendas.

Foto: César Mendiburu

Cuenta Anastasio que en los 90 se corrió la voz sobre este lugar y empezó a ser visitado por chilangos y turistas. Desde entonces es uno de los favoritos de estudiantes de arte con tendencias darks, de fans de películas de terror o de grupos de borrachos que vienen a echar desmadre, porque nada como un espanto para bajar la peda.

Foto: César Mendiburo.

La popularidad de la isla es tan grande que ya salieron las versiones espurias. En el camino desde el embarcadero de Cuemanco hay una, pero Anastasio asegura que hay por lo menos cinco en varios puntos de Xochimilco y que incluso en Oaxtepec ya le copiaron. Ahora sí que no aceptes imitaciones.

A la Isla de las Muñecas sólo se puede llegar por vía acuática. La entrada cuesta 30 pesos, pero el recorrido en trajinera te puede salir hasta en 2 mil pesos, así que te recomendamos ir con un montón de gente para repartirse el costo.