La pérdida como motor de vida

Las altas montañas de Portugal

Las altas montañas de Portugal es la séptima y más reciente novela de Yann Martel, quien en 2001 ganara el reconocimiento mundial por La vida de Pi.

La historia arranca un día a finales de diciembre de 1904. Tomás, un joven ayudante de conservación en el Museo Nacional de Arte Antiguo, va rumbo a casa de su tío, una mansión afincada en un barrio para millonarios de la capital portuguesa. Ya no tiene nada; apenas hace un año, en tan solo una semana perdió a su padre, a la mujer a la que alguna vez amó y al hijo pequeño que tuvo con ella. Y desde entonces, para expresar su molestia y su oposición ante la vida, ha decidido caminar de espaldas: dándole la espalda al mundo, dándole la espalda a Dios.

Y es justo ahora, ya con nada que perder, que ha decidido emprender una misión aparentemente imposible: está determinado a hallar un crucifijo hecho por un sacerdote llamado Ulisses durante el siglo XVII en África, y que, según sus investigaciones, regresó a Lisboa en 1637. Se trata, cree Tomás, de una escultura “capaz de revolucionar toda la cristiandad” y con la que podrá consumir su venganza contra Dios, a quien considera el único responsable de sus desgracias.

Pero esa es solo la primera parte del libro. Eusebio Lozora es el protagonista de la segunda historia. Se trata de un médico quien, junto a su esposa, busca coincidencias entre algunas novelas de Agatha Christie y la Biblia. Y la noche del 31 de diciembre de 1938, recibe una inesperada visita con una extraña petición: una viuda lleva el cadáver de su esposo para pedirle al doctor que le ayude a reconstruir cómo fue la vida del hombre.

Y, finalmente, en la tercera parte, un senador canadiense, quien también ha perdido a su esposa, da un giro enorme a su vida y se va a vivir a las montañas portuguesas junto a un chimpancé con quien comparte casa, en una relación de igual a igual.


 

Las altas montañas de Portugal
Yann Martel
Malpaso, Barcelona, 2016, 310 páginas

Costo: $466