A sus 49 años, la vida no es lo que alguna vez fue para Abel Kaplan. Hace tiempo soñaba con convertirse en un famoso escritor, capaz de vivir de sus libros. También creyó que viviría por siempre junto a Eva, su exesposa —de quien robó el apellido y la religión—. Pero el tiempo se encargó de acomodar las cosas y ahora trabaja como coordinador en un colegio musulmán —escondido del resto de sus compañeros en una pequeña oficina— y solo aparece en eventos sociales junto a su exmujer para aparentar que el matrimonio sigue intacto.
Harto de vivir sumido en la nostalgia y desilusionado de todo lo que ofrece el futuro, parece aceptar el fracaso como destino, pero dos sucesos lo obligan a dejar de posponer su vida y redimirse. Primero, la aparición de un pequeño de 12 años, llamado Abraham, quien apenas lleva una semana en la escuela y ya es víctima de bullying, una práctica tolerada por la mayoría de los maestros del lugar. Y, en segundo lugar, la aparición de un diario, propiedad del padre de su amante, una mujer llamada Judith, en el que narra el exterminio cometido por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, documento que lo hace conectar ciertos puntos del pasado con sucesos de la actualidad.
Ambos hechos —así como el hecho de enterarse de que los gitanos son abiertamente discriminados en pleno siglo XXI en un país como Holanda— provocan que Kaplan despierte de su letargo y se levante contra el sistema.
La última guerra, novela de Daan Heerma van Voss, nos recuerda la importancia de tener presente nuestro pasado para evitar los errores cometidos y que la historia no son solo hechos viejos enlistados en libros de texto, sino sucesos que siguen presentes, que tienen impacto en nuestro día a día.
La última guerra
Daan Heerma van Voss
Malpaso, Barcelona
2017, 383 páginas, $475
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