Shakespeare se siente más mexicano con este ciclo teatral

Las obras de William Shakespeare nos han acompañado toda nuestra vida. Es posible encontrar influencias de su dramaturgia en diferentes proyectos, desde las obras escolares y películas animadas para niños hasta en las telenovelas o incluso el anime. Pero eso no significa que siempre sintamos sus historias cercanas a nuestro contexto. 

Con tantas obras de un autor tan universal, ¿qué pasaría si se le añaden situaciones mexicanas y, encima, contemporáneas? No la clásica comedia de barrio chilango, sino más de lo que también ocurre o ha pasado en el país.

La compañía de teatro Los Colochos se atrevió a hacerlo y en su actual residencia en el Teatro El Galeón “Abraham Oceransky”, con la cual celebra 12 años de trayectoria, presenta puestas basadas en clásicos de Shakespeare que traen ¡de todo! Estas son Mendoza (basada en Macbeth), Silencio (a partir de Otelo), Nacahue: Ramón y Hortensia (adaptación de Romeo y Julieta) y Reina (derivada de El rey Lear). Actualmente se siguen presentando tres de ellas; Silencio apenas culminó funciones. En entrevista, el director Juan Carrillo nos platica sobre lo que el público podrá encontrar en sus propuestas.

¿Cómo lograron conectar los elementos mexicanos? Porque Mendoza está ambientada en la Revolución, Nacahue tiene la unión de indígenas, Silencio tiene a un médico que va a una comunidad lejana y Reina está mostrando a una diva en su vejez.

Cuando mi madre fue a ver la obra de Macbeth en la que participaba en mi época de estudiante, me dijo “ay, todo muy bonito, nomás no le entendí nada”. Ahí pensé que un día quería hacer una obra que mi madre entendiera. En ese sentido, eso que fue como un juego se volvió una línea de trabajo: ¿cómo hacemos que los referentes puedan pasar a un espectador que no tiene chance de leer la obra varias veces ni de estudiar los contextos? Es necesario usar referentes que le toquen de frente. Si la obra está situada en la guerra entre ingleses y escoceses, entonces pongamos la Revolución Mexicana y esa ya nos da una identidad, una idiosincrasia y una estética también. Cada obra tuvo una génesis, una necesidad.

“Mendoza” es una puesta ambientada en la Revolución que adapta el clásico “Macbeth”, de William Shakespeare. Foto: cortesía

Carrillo explica que, por ejemplo, en Nacahue conectó lo que atestiguó como niño nayarita al ver a los coras y huicholes. Sin embargo, más allá de las experiencias e inquietudes personales que encuentran una forma de aflorar en los montajes, destaca el reto que implica su apropiación. Regresando al mismo caso, se requirió que los actores memorizaran sus textos en lengua cora y además lograran comunicarse con el público de otra forma, puesto que la palabra iba a ser un impedimento. Algo similar pasó con Silencio, donde el protagónico es sordo y se sumó la lengua de señas mexicana. 

¿Qué otros elementos destacarías de estas adaptaciones?

Intentamos apropiarnos de un discurso, que la obra suene a que es nuestra. Jugar a que si Shakespeare hubiera nacido en México a lo mejor se hubiera valido de otros referentes y que al espectador le ofrezcamos un clásico casi sin que se dé cuenta. Pero también trabajamos con propuestas que ponen el trabajo actoral por delante. Entonces, a nivel técnico y escenotécnico, hay una intención de mínimos recursos, de resignificación de objetos que provoquen al imaginario.

¿Qué es lo que le estarían aportando sus adaptaciones o México a estas obras?

En términos generales, Mendoza es una obra que habla sobre el poder, pero nosotros hablamos del poder en México y del poder de lo que le inquieta a cada integrante. En el caso de El rey Lear se habla de la vejez, pero nosotros hablamos de la vejez de la mujer mexicana, porque son nuestras madres ahí reflejadas. Y del arquetipo, como los celos, nosotros hablamos de cómo se cela en México, porque una cosa es la idiosincrasia europea y otra la mexicana. El qué lo pone la obra y eso lo respetamos; el cómo es lo que queremos hacer un espejo con nuestra sociedad.

“Nacahue: Ramón y Hortensia” se basa en la historia de “Romeo y Julieta” para presentar el romance entre un indígena cora y una indígena huichola. foto: cortesía

El menú de Los Colochos

Mendoza

Horario: lun y mar a las 20:00. Hasta octubre 18

Texto base: Macbeth

Estatus: reestreno

Durante la Revolución, el general José Mendoza recibe los augurios de una bruja que, al perseguirlos impulsado por su ambiciosa mujer, lo llevarán a ser parte de una cadena de sangre que parece no tener fin.

Silencio

Texto base: Otelo

Estatus: sin funciones actualmente

Tras dirigirse a trabajar al sur del país, un médico sordo comenzará a verse arrastrado por la intrigas que le implanta su asistente sobre su prometida e intérprete. 

Nacahue: Ramón y Hortensia 

Horario: jue y vie, 20:00; sáb, 19:00; dom, 18:00. Hasta octubre 30

Texto base: Romeo y Julieta

Estatus: reestreno

Ramón es indígena cora que se encontrará con Hortensia, una indígena huichola que ha huido de su pueblo para sobrevivir. Aunque son de comunidades diferentes y hasta no se comunican igual, nada impedirá que surja el amor.

Reina

Horario: jue y vie, 20:00; sáb, 19:00; dom, 18:00. Del 20 al 30 de octubre

Texto base: El rey Lear

Estatus: estreno

Paloma Woolrich interpreta a una vedette de los años 70 que actualmente vive recluida en un teatro tras reconocer que cometió un gran error al repartir la herencia entre sus hijas.

Los Colochos, que estrenó su primera obra en agosto de 2010 (la puesta infantil El juego de la silla), tiene planeado completar una pentalogía shakesperiana con una adaptación de Tito Andrónico el próximo año. 

Cada obra del ciclo 4 de Shakespeare con todo… tiene un costo de $150 por entrada.