Ilustración: José Carlos Marín

Cómo producir menos basura

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A diario generamos 13 mil toneladas de basura en la CDMX, Pero es posible vivir sin contaminar tanto.

¿Separas correctamente la basura que generas todos los días en tu casa u oficina?

Seguir las reglas de separación y reciclar ayuda a cuidar el ambiente y, por ende, a mejorar nuestra calidad de vida. Por ejemplo, ¿sabías que al reciclar tres botellas de vidrio ahorras la energía suficiente como para cargar tu celular?

Los beneficios de hacerlo son para todos: cuidamos los recursos naturales y disminuye la contaminación del aire y del agua; ahorramos energía y evitamos la tala de árboles. Otra de las razones para hacerlo es que genera empleos tanto directos como informales.

Generamos 13 mil toneladas de basura

Aunque México es el país líder en reciclaje en América Latina, aún falta mucho por hacer. Tan solo en la CDMX se generan alrededor de 13 mil toneladas diarias de basura. Y ¿has pensado dónde termina esa botella de agua que compras todos los días? Seguramente en un océano —cómo olvidar la isla de plástico en el Pacífico que es más grande que Francia—. Así que al utilizar plásticos, recuerda que tarda aproximadamente 700 años en degradarse.

Al reciclar una tonelada de PET, se ahorra 4.4 barriles de petróleo y no se emiten 3.32 toneladas de gas de efecto invernadero, de acuerdo con Ecoce, lo que ayuda a combatir el cambio climático.

Reutilizar nuestros desechos también combate el desperdicio de agua: si reciclamos la misma cantidad de PET, ahorramos 40 mil litros de este líquido. Y a todas estas, ¿cómo podemos disminuir la cantidad de basura que generamos al día?

Desechos por aquí, desechos por allá

Primero, ¿sabes qué es reciclar? La Real Academia de la Lengua lo define como “someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar”; se trata de tomar residuos de productos que consumimos todos los días para convertirlos otra vez en materias primas, por medio de procesos mecánicos, físicos y químicos.

Desde 2017, en la Ciudad de México los desechos se deben separar en orgánico, inorgánico reciclable e inorgánico no reciclable, y de manejo especial. Esta forma de desechar nuestros residuos facilita su reciclaje. Pero cumplir con esta ley no es lo único que podemos hacer.

Hay distintas iniciativas en redes sociales, en la ciudad y otros estados para que nos hagamos más conscientes de la basura que generamos y cómo podemos reducir nuestros desechos.

¿Cuánta basura de la que generas en un día puedes evitar?

Cada mañana, Ricardo sale a comprar un litro de jugo, se lo dan en un envase de unicel, con popote y en una bolsa de plástico; él no camina más de cinco minutos de regreso a su hogar. Unas horas más tarde compra un refrigerio: una bolsita de fruta con un tenedor de plástico o un sándwich envuelto en aluminio y con una bolsa. Durante la comida, pide algo a domicilio —que también llega en platos de unicel, con envases de plástico para la salsa o el aderezo, cubiertos en una bolsa de plástico y todo en otra bolsa de plástico—; en ocasiones come en alguna fonda, donde le sirven agua en vasos de plástico.

En su trabajo compra una botella de agua, la cual tira en cuanto se la termina. Ya en su casa, saca del refrigerador un envase de jugo o de alguna bebida energética. ¿Contaste cuántas botellas y envases podría ahorrar?

Antes de llegar a su oficina, María pasa todas las mañanas por un vaso de café —y, si hace calor, por un frappé—. ¿Cuántos de nosotros llevamos nuestro termo o vaso? El plástico de un solo uso llegó a inundar nuestras vidas. Tan solo en los supermercados, en el área de salchichonería, el jamón, queso, salchichas y más productos están en platos de unicel y cubiertos con plástico; lo mismo pasa en la carnicería. Para no generar tantos desechos, lo más recomendable es llevar una bolsa de tela y recipientes.

Adiós, basura

Daniela y Daniel han cambiado sus hábitos de consumo para no producir tantos desechos. Comenzaron hace medio año, pero poco a poco se han ido tomando todo más en serio. Desde hace dos meses compran todo lo que pueden a granel o en envases retornables. Por sus trabajos o por simple gusto, en ocasiones deben comer en la calle, así que buscan lugares donde no usen desechables o llevan sus recipientes. Y para esa tacita de café diaria, llevan su taza.

Admiten que ha sido difícil, sobre todo porque en algunos establecimientos no tienen conciencia de la cantidad de basura que generan; incluso, cuentan, “te veo feo” cuando pides sin bolsita. Otro de los aspectos difíciles ha sido cargar con bolsas, vaso, cubiertos y tuppers, dicen.

Dejar de generar tanta basura es cuestión de hábitos.

Un ejemplo es la familia Baeza —de cuatro integrantes— que en un día desecha tres kilos de basura, mientras que normalmente una sola persona genera 1.4 kilos.

Esta familia se propuso comprar todo a granel: verduras, frutas, carne y hasta productos de higiene personal. Todo empezó gracias a Gaby, una de las hijas y quien estudió Ciencias Ambientales en la UNAM. Comenzó a cambiar sus hábitos de consumo y luego añadió al resto de su familia al plan.

Para ello, buscó tiendas donde pudiera llevar sus propios envases e hizo bolsas de tela. Los desechos orgánicos que genera los utiliza para composta o para obtener energía; los residuos inorgánicos suele llevarlos al Mercado del Trueque de la Sedema.

Bien dicen que las pequeñas acciones generan grandes cambios. Pareciera que vivir sin generar basura es difícil, pues todo lo tenemos a la mano en plásticos. Pero cargar con nuestro termo para agua o café, y un par de cubiertos pueden hacer una gran diferencia.

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