No todo es color negro

Especiales

Más de un millón de chilangos podrían tener depresión, ansiedad o fobias, condiciones que se pueden tratar antes de que se vuelvan crónicas

ARTE: MICHEL LARIS

Las exigencias de productividad y el ritmo acelerado que se necesita para vivir en una gran ciudad resultan un caldo de cultivo para desarrollar ciertas condiciones mentales en una parte de su población. Esto no es nuevo, pero la CDMX tiene su propia ecuación al respecto. El año pasado, durante el Consejo de Salud Mental, el secretario de Salud de la Ciudad de México, Armando Ahued, afirmó que 15% por ciento de los capitalinos padece algún problema mental.

Mientras que la Encuesta Intercensal 2015 señala que 1 millón 337 mil capitalinos podrían verse afectados por una condición mental entre las que destacan: la depresión, los trastornos de ansiedad, las crisis de angustia, estrés y fobias —sobre todo agorafobia, claustrofobia y fobia social—.

El problema es extensivo al resto del país, pues de acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría, uno de cada cuatro mexicanos entre 18 y 65 años de edad padecen un tipo de trastorno mental en algún momento de su vida y únicamente la quinta parte de los enfermos recibe atención médica adecuada. Además, la mayoría de los trastornos psiquiátricos se desarrollan antes de los 21 años de edad.

“Hay elementos para asegurar que se ha incrementado la presencia de trastornos mentales en la población”, asegura Carmen Torres Mata, psiquiatra de los servicios de atención psiquiátrica de la Secretaría de Salud federal, quien advierte que desde 2005 a la fecha, los casos de depresión aumentaron 18%, mientras que los trastornos de ansiedad se elevaron 15%.

De acuerdo con Torres Mata, el 80% de los pacientes que ameritan atención médica no la recibe y es común que, quienes padecen un trastorno, retrasen entre cuatro y 10 años su visita a un especialista.

Acelerada y loca existencia

La relación entre la ciudad y el desarrollo de trastornos mentales es relativamente reciente. Zenia Yébenez, doctora en Ciencias Antropológicas y autora del libro Los espíritus y sus mundos. Locura y subjetividad en el México moderno y contemporáneo, indica que es un fenómeno posterior a la revolución industrial que fomentó la conglomeración de la población.

La experta destaca que la vida citadina tiene dos características: la experiencia acelerada del tiempo y la exigencia de la productividad a cualquier costo, mismas que podrían desencadenar episodios de angustia, depresión y ansiedad.

“Una rutina donde se exige que todo sea rápido e instantáneo y que el individuo mantenga siempre condiciones óptimas de productividad se opone a procesos que requieren de mayor tiempo, como salir de un duelo, superar una pérdida o lidiar con los episodios de una depresión”.

Por otro lado, las fobias pueden ligarse a fenómenos de hacinamiento, la sensación de que no se tiene un espacio propio, o que el espacio en sí mismo es algo terrorífico. Sin embargo, Yébenez indica que es difícil reducir las causas de un trastorno psicológico a unas pocas dinámicas urbanas. Diagnosticar a un paciente no es asunto sencillo. “Cada caso debe atenderse de acuerdo con la biografía de cada sujeto, su entorno y sus conflictos. No hay manera de estandarizar los trastornos mentales pues aunque varias personas padezcan una enfermedad, como la depresión y ansiedad, su manera de vivirla es completamente distinto”.

“Vivimos en medio de la inmediatez y la exigencia de producir. Y cualquier cosa que choque con esos modelos puede ser vista como patológica, cuando en realidad deberíamos cuestionar si lo patológico es nuestra forma de vida”, destaca.

No todo es negro

En ocasiones, simplemente hay días malos. Pero si una persona experimenta un malestar que le impide seguir adelante con su vida, es importante pedir ayuda.

En la CDMX hay 251 clínicas de salud y hospitales en las 16 delegaciones. Si bien no todos ofrecen atención psicológica o psiquiátrica, el paciente puede asistir para recibir orientación y ser canalizado.

Otra opción es el servicio de Medicina a Distancia, la línea telefónica de la Sedesa que ofrece atención psicológica. Cabe destacar que se trata de un servicio de asesoría y no sustituye una terapia presencial, pero funciona como primer acercamiento.

La UNAM también ofrece atención médica psicológica tanto a sus estudiantes, como a la población en general. Basta con acudir a la Dirección General de Servicios Médicos de 8 a 20 horas, de lunes a viernes, y no es necesario hacer cita. Por su parte, la Universidad Autónoma Metropolitana cuenta con una línea de apoyo psicológico  donde se asesora sobre cuál es la institución más cercana a la que pueden acudir en caso de presentar depresión.

Para la atención de la población capitalina joven, el Hospital de las Emociones —ubicado en la delegación Venustiano Carranza— brinda apoyo psicológico gratuito para quienes tengan entre 12 y 29 años.

Finalmente, se puede optar por la atención de un especialista en una clínica particular. En cualquier caso, es importante erradicar el estigma que pesa sobre los trastornos mentales, el cual inhibe a las personas a buscar ayuda.

En cifras: 

  • 17 hospitales psiquiátricos se encuentran registrados en la Ciudad de México.
  • 2 mil 586 millones de pesos se destinaron a la salud mental este año.
  • 5% de las personas con depresión recibe tratamiento en los países en desarrollo.