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Slava’s Snowshow, un espectáculo que te lleva de vuelta a la infancia

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Con más de una década de presentarse en México, el espectáculo de Slava’s Snowshow vuelve para hacernos reflexionar sobre la condición humana

Las cortinas se abren sobre el escenario y el sueño dirigido empieza: la visión de la infancia se recupera. La primera vez que esto sucedió en México fue hace 12 años, aunque el clown poético de Slava’s Snowshow nació hace un cuarto de siglo. Pero, ¿cómo se puede transmitir lo onírico a través de la luz? ¿Cómo se puede recrear un sueño sobre el escenario?

“Me siento feliz por quienes verán este espectáculo por primera vez. Slava’s ni siquiera puede ser catalogado bajo una sensación descriptible”, cuenta el actor Artem Zhimo, quien fue discípulo de Slava Polunin, el creador del show, y desde hace 15 años da vida al protagonista, el payaso amarillo (el único en la historia con un color diferente).

“Cada persona del público podrá observar dentro de sí misma y descubrir algo nuevo. Es una interpretación introspectiva, una conexión personal, similar a abrir una puerta que dirige hacia las memorias del alma. Quizá el mensaje principal del show es la fuerte sensación de bondad y felicidad que produce”, continúa.

“Mi personaje es un hombre abierto al mundo, inocente, que se enfrenta a algunos obstáculos durante la trama. Es difícil hablar del payaso amarillo porque yo soy él, así que eso se lo dejo a los críticos. El espectáculo es extraño, no se puede catalogar en una línea directa, en la que alguien se dirige a un sitio, sucede algo, reacciona…

“Slava’s Snowshow muestra fragmentos de la vida de un ser humano, o puede que sea un sueño que contiene toda una vida, tu vida: tu nacimiento, tu primer amor, separaciones, detalles de circunstancias diversas, una felicidad o una risa increíble; de ahí nace el espectáculo. No se está contando una historia, se están contando emociones; no se está trabajando con el público en un plano intelectual, sino al nivel del corazón. Algunos sentirán que toda su vida acaba de pasar frente a sus ojos”.

Zhimo también cuenta que, durante el espectáculo de Slava’s Snowshow, los niños se sentirán como en casa, mientras que los adultos viajarán varias décadas al pasado.

“Las reacciones del público son distintas en cada país. En algunos lugares, a la gente le interesa más el drama; en otros, las relaciones. Por ejemplo, una vez en Madrid, la sala estuvo llena de clowns que permanecieron en silencio toda la función. El director pensó que no había tenido éxito, pero un mes después recibió un premio”.

Sobre la reacción del público mexicano, el actor detalla que “es muy similar a la de los espectadores rusos: en los momentos de felicidad se abre su corazón, en los momentos sentimentales actúa en la línea esperada por los actores”.

“Últimamente hay una tendencia a sintetizar diferentes géneros y artes. El estilo de Slava’s es cercano al Butoh (algo que ha estado presente desde que nació el espectáculo). También tiene momentos que provienen del teatro del absurdo, y escenas dramáticas que aparentan no tener ninguna relación con el arte clown. Si nos enfocamos en los nombres que inspiraron a Slava Polunin, podemos mencionar a Charles Chaplin, Marcel Marceau y Totò. La obra está basada en asociaciones, como un poema en el que cada verso tiene significados infinitos”.

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Espectáculo de Slava’s Snowshow, una avalancha de emociones

Mucho se ha mencionado sobre la asombrosa magia escénica que logra el show con el mínimo de recursos técnicos.

Para Adrián García, el productor general de la gira de Slava’s en México, el secreto está en el contenido: “Hay que decir algo universal y absolutamente genuino, auténtico. El espectáculo se basa en efectos convencionales que, literalmente, tienen un carácter teatral (no hay ningún efecto multimedia); todos están perfectamente medidos. En muchas obras sin contenido se abusa de los efectos; es una manera de suplir el vacío. En Slava’s preferimos tener un hermoso balance entre el fondo y los efectos que lo soportan”.

García también cuenta que desde 2006 ha trabajado en la compañía y, aunque siempre ha sido de forma distinta, “esta es la primera vez en que se utiliza el ‘título nobiliario’ de productor de la gira”.

Sobre su perspectiva del impacto humano del espectáculo de Slava’s Snowshow, afirma que “el espectador es movido a diferentes estados emocionales: desde el éxtasis hasta la nostalgia y el dolor profundo. Estas emociones se producen gracias a la combinación de todos los elementos: la actuación, el audio, la iluminación, los efectos especiales, el contexto y el estado de ánimo”.

“La obra depende mucho de la interiorización, es un espejo. Uno resuena o percibe lo que hay afuera en función del registro emocional y las vivencias que se tienen; uno no es capaz de ver lo que no conoce, solo se ve lo que se reconoce en el exterior. Por ejemplo, hay un efecto sonoro que remitirá a un motor o algo que se rompe; para nosotros suena así. Sin embargo, da la extraña casualidad de que es el sonido de la nieve quebrándose, compactándose, como cuando se camina sobre ella. Al tener este referente cultural todo el contexto cambia, y el efecto deja de ser el ruido de un motor para convertirse en el sonido de la nieve al compactarse”.

El espectáculo de Slava’s Snowshow se podrá ver hasta el 8 de julio en el Centro Cultural Teatro 1 (av. Cuauhtémoc 19, col. Roma Norte). Las funciones son de martes a domingo. Entre semana, la hora de inicio es a las 20:30 h; el sábado, a las 17 h y 21 h, y el domingo a las 13 h. Los precios van de $500 a $1,350 (más cargos).

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