Fuerza femenina en movimiento

Especiales

Estos colectivos tienen el objetivo de erradicar el problema de raíz que se esconde en la violencia de género

ARTE: JOT IT DOWN

Cynthia estudió Pedagogía; Brando, Historia; Laura, Relaciones Internacionales; María es investigadora y Ana, funcionaria. Son diferentes, no se conocen, pero tienen algo en común: son chilangos, activistas y están cansados del acoso físico, psicológico y sexual hacia las mujeres. ¿Qué hacen? Combaten desde sus “trincheras” una actitud que lacera a la sociedad: la violencia. 

Lo hacen a través plataformas digitales que facilitan la denuncia, campañas publicitarias, cómics, grupos interdisciplinarios de ayuda, planes de financiamiento, entre otras estrategias que tienen como base la educación y apuestan por un cambio estructural de la cultura machista.

Arte contra el machismo

Ante la desigualdad de género que se vive en las calles, Cynthia ha formado grupos multidisciplinarios de mujeres que se apoyan desde diferentes frentes. Por un lado, tiene un cómic en Facebook denominado Nacho Progre, dirigido a hombres que creen que no acosan o que consideran que no son violentos cuando en realidad sí lo son. También trabaja con su propio Laboratorio de Danza, un espacio donde las mujeres agredidas pueden expresarse.

Estas estrategias “son una forma de decir ‘no’ a la violencia estructural que tenemos que enfrentar diario, a eso que no estás de acuerdo y que puedes transformar para que las otras generaciones tengan mejores condiciones culturales”.

Facilitar y educar

Brando Flores es impulsor de la plataforma Tiempo Fuera y de la campaña ¡Hazme el paro!, ambas son propuestas del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB).

“Los procesos tradicionales de denuncia ‘revictimizan’ a las afectadas, por lo que tratamos de que esta plataforma sea lo contrario. Con esta herramienta se puede acceder a los servicios legales y de salud ante una violación de una manera rápida y confiable”, explica Brando. Así, muchas mujeres reciben acompañamiento en el proceso de denuncia y se reducen los periodos de espera que las desgastan.

Por su parte, la campaña ¡Hazme el paro!, capacita a choferes y pasajeros de las unidades en una ruta de la Red de Transporte Público para prevenir el acoso. “Los conductores se hacen cargo de modificar su conducta, se apropian de elementos de liderazgo, entienden cuestiones de género y ahora actúan desde una posición más consciente. Son personas que cambiaron, a nivel personal les sirvió mucho, y es muy satisfactorio porque a veces creemos que son viejos o que no van a cambiar y no es así”. A veces, un cambio de perspectiva es lo único que hace falta para comenzar a pensar distinto y cuestionar creencias.

Cachetada con “guante blanco”

Cambiar el rol de víctimas calladas y débiles, esa es la misión de Comando Colibrí.

Se trata de un grupo de feministas que decidieron compartir mecanismos de defensa personal para que las posibles víctimas puedan protegerse ante una agresión.

El objetivo no es solo descubrir las posibilidades físicas y mentales que tenemos para establecer límites. También, desmitificar la creencia de que el género femenino es vulnerable y que el masculino es el fuerte y poderoso. Un equilibrio de fuerzas.

Cuando el acoso se hace presente, hay que poner un alto, que puede ser a través de una denuncia o de un golpe certero que puede salvarte la vida. Aunque para María Teresa Garzón, coordinadora de esta iniciativa, “la mejor pelea es la que no se da”.

Ver a través del espejo

Otra iniciativa que intenta erradicar el machismo es la campaña denominada
#NoEsDeHombres, que a través de imágenes y videos en el transporte público, muestran a varones viviendo situaciones similares a las que se exponen las mujeres.

Fue creada por ONU Mujeres México y el gobierno capitalino justo con ese objetivo: que ellos experimenten lo que ellas viven a diario y, a través de esta empatía, generar un cambio más consciente.

“Hay muchos hombres que no son acosadores y queremos que ellos se unan para que salgan a decir que esto no es normal”, expresa Ana Güezmes, representante de ONU Mujeres México.

El brazo económico

Laura García, directora ejecutiva de Semillas, asociación que canaliza recursos económicos a otros organismos que apuestan por un cambio.

“Nos fijamos en organizaciones que están luchando por eliminar los conceptos de violencia”, comenta Laura. Un ejemplo es Mujeres, Lucha y Derechos para todas, que utiliza el futbol para que las niñas conozcan sus derechos sexuales y reproductivos. Al hacer accesible esta información, las menores tienen más posibilidades de decidir sobre su cuerpo, uno de los factores que juega a su favor cuando son acosadas, pues la información preventiva deja poco margen a la manipulación.

Colectivos hay muchos, pero existen otros que marcan la diferencia como los de Cynthia, Brando, Laura, María y Ana, que, desde la integración, cambian paradigmas y la cultura machista que acosa a las mujeres.

En cifras: 

  • 90% de las mujeres no denuncia el acoso por miedo a las represalias o a ser descalificadas.
  • 35.4 de las mujeres ha sido víctima de violencia sexual por alguien diferente a su pareja.
  • 15 a 30 años es la edad promedio de las mujeres que han enfrentado algún tipo de acoso.