La camarista, una cinta sobre la soledad

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La camarista es una historia que centra en las personas que están detrás de la operación diaria de un hotel y a quienes normalmente no solemos ver 

El cine es una manera de visibilizar y, aunque no es su función principal, tiene una perspectiva social. Aquí entra La camarista, la ópera prima de Lila Avilés que se estrena este 2 de agosto en salas comerciales. Así como Roma, con su gran producción, mostró el papel de las trabajadoras del hogar, esta película pone énfasis en las personas que mantienen de pie un hotel y a quienes solemos no ver. 

La cinta cuenta la historia de Eve, una joven que trabaja en un lujoso hotel en la Ciudad de México. Es la camarista y su principal misión es que las habitaciones estén impecables para los huéspedes: arregla las camas, lava cobijas y sábanas, limpia los baños y compone cualquier desperfecto que encuentre a su paso. 

Su vida es estar 24/7 en su trabajo, donde busca superarse y tener un puesto mejor. Para ello se inscribe a clases, toma turnos de más e incluso ahí vive su sexualidad. El hotel se convierte en su segunda casa: ahí se baña, come, estudia y duerme. En su verdadero hogar está su hijo, a quien debe dejar a cargo de Maguitos y con quien intenta hablar todos los días por teléfono. 

A pesar de trabajar y casi vivir en un hotel, donde entra y sale gente todo el tiempo, la vida de Eve es solitaria y monótona, tiene pocos amigos —una de ellas es Minitoy— que también trabajan ahí, los huéspedes con quienes llega a hablar se van de un día a otro y la posibilidad de tener un puesto mejor parece no llegar. Nadie la ve.

La camarista es una película sin tanto drama que solo ocurre dentro del hotel, incluso —cuenta Lila Avilés— muchos creen que es un documental, pero no. “Es una mentira, una ficción minuciosa”, explica. 

La idea de hacer esta película surgió hace mucho tiempo. Hace algunos años, Lila Avilés vio un libro de la artista visual Sophie Calle, quien trabajó en un hotel de Venecia y tomó fotografías de objetos que los huéspedes olvidaban. Eso le provocó mucha curiosidad a Lila, quien estudió artes escénicas, así que escribió una obra de teatro “que no tiene nada que ver con la película”, dice. 

No estudió formalmente cine, pero tomó clases de guion cinematográfico y dirección de escena. Empezó su carrera como actriz y directora de teatro, pero luego decidió seguir su camino en cine. La directora chilanga se preparó en el séptimo arte, fue su propia maestra y se lanzó al ruedo: “Produje la película y luego conseguimos los estímulos de postproducción”. 

Lila tardó varios años en hacer La camarista y cuenta que cada inicio de año tenía como propósito terminarla. El deseo se cumplió en 2017. Y lograrlo tiene un gran trabajo detrás de todo el equipo. “De todas las curiosidades que he hecho, esta película fue algo maravilloso. Es muy bello tenerla ya en concreto y que se proyecte”. Desde su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto, su cinta ha sido aplaudida por la crítica y el público internacional. Ha ganado el Gabriel Figueroa Film Fund, el premio de distribución en Ventana Sur y el Ariel por mejor ópera prima —estuvo nominada en 10 categorías. 

La historia detrás de Eve

Para Lila era muy importante hacer un acercamiento minucioso hacia el trabajo de las camaristas, así que a cualquier lugar al que iba se la pasó persiguiéndolas. “Entendí muchas posturas y visiones del mundo, pero siempre hubo una constante: la soledad y la ausencia”, cuenta la directora. Se sentó a escribir el guion junto con Juan Carlos Márquez y a partir de ahí todo se fue gestando. 

Pero eso no fue lo único que Lila tuvo en cuenta la hacer la película. Alegre, cuenta que su mamá es una obsesiva de la limpieza, por lo que ella ya tenía camino en tirar, ordenar y organizar, “le debía algo a mi madre”, dice. 

El siguiente paso fue tener un elenco. La persona detrás de Eve es Gabriela Cartol, acompañada de Teresa Sánchez, quien interpreta a Minitoy. Y más que un equipo, se formó una gran familia comandada por Lila. De acuerdo con Gabriela, preparar a Eve fue un proceso de entender el corazón de la historia y, sobre todo, trabajarlo muy de la mano con Lila. Y para la directora fue un acto de confianza entre los actores y ella. 

La camarista – Lila Avilés

En el caso de Tere, ella había audicionado para otro papel, pero en cuanto Lila la vio, la imaginó en el papel de Minitoy. La actriz cuenta que para ella fue un regalo “al que no le pones cualquier pero”. Además, dice que es muy insegura, lo cual representó un gran reto personal; la invade la duda de si estará al nivel de lo que piden, pero luego piensa que lo hizo con toda su alma.  

Tere no fue la única con ese miedo, también Gabriela lo sintió: “Como actriz siempre lo hay. Cuando te dan el papel pienso si no doy el ancho”. Pero su trabajo como Eve ha sido aplaudido, incluso estuvo nominada como Mejor actriz en la reciente entrega de los Ariel. 

Filmar La camarista fue como correr un maratón. Según Lila, el tiempo que tardó en grabarla fue de preparación, pero llegó el momento de rodar y lo hizo en 17 días, que fueron como su competencia. Las jornadas eran largas, cuenta en hubo días en los terminaban a las 4 de la mañana y al día siguiente debían correr porque tenían ya muy poco tiempo. “No puedo estar más agradecida con todo el equipo, no solamente los actores, sino todo el batallón que hay detrás”, dice. Un año después de empezar su camino en festivales de cine, La camarista se estrena por fin en los cines mexicanos. Y con una sonrisa de lado a lado, Lila concluye: “Lo importante es llegar a salas y a las personas”.

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