En la CDMX hay un seguro que da atención medica a niños de escuelas públicas que se accidentan, pero pocos saben de su existencia. Arte, Alberto Montt

¿Niños asegurados?

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Las escuelas de la CDMX tienen un seguro médico del que pocos saben y que el año pasado sirvió para curar a 28 mil niños.

ARTE: ALBERTO MONTT

Entre 2014 y 2016, cinco alumnos de niveles básico y medio superior de escuelas públicas en la Ciudad de México murieron por accidentes, ya sea dentro de su plantel o en el trayecto de su casa a la escuela y viceversa.

El año pasado, el Fideicomiso de Educación Garantizada (Fidegar) atendió 28 mil 279 accidentes en escuelas de nivel básico a medio superior en la capital, pero no existe una cifra clara de accidentes totales.

El número es bajo si se considera que el Fidegar, a través del programa de protección de estudiantes Va Seguro, atiende a un universo de más de 1.9 millones de personas, entre alumnos, profesores y personal de escuelas desde nivel preescolar hasta medio superior.

Se trata de un programa público que paga por la atención hospitalaria particular, procedimientos médicos, terapias e indemniza a familiares en caso de fallecimiento.

Cubre desde lesiones ligeras, hasta otras que alcancen los 300 mil pesos, siempre y cuando se trate de incidentes que hayan ocurrido dentro de las escuelas, en actividades extraescolares o en los trayectos entre la escuela y el hogar.

Sin embargo, es una prestación pública poco utilizada: de los casi 120 millones de pesos anuales que tiene a su disposición, sólo se aprovechan entre 15 y 17 millones.

“Por desgracia tenemos tres problemas. Uno es que a pesar de que se ha difundido, la gente desconoce que existe este seguro y entonces, cuando ocurre un accidente, los padres llevan a los hijos a la institución de seguridad social que les corresponde y terminan asumiendo gastos. El segundo es que la aseguradora tendría que ser la primera en responder, pero a ella no le interesa hacer promoción abierta, y el tercer conflicto es que no todos los incidentes que ocurren en las escuelas son reportados, ya sea para evitar alguna inspección o porque consideraron que el accidente era leve”, dice Carlos Nava, director del Fidegar.

Al respecto, la Guía Operativa para el Funcionamiento de los Servicios de Educación, elaborada por la SEP en la Ciudad de México, explica que en caso de accidentes o de requerir atención médica de urgencia, el director del plantel debe notificar a la familia, facilitar el traslado a la institución de seguridad social que le corresponde y activar el seguro institucional de la SEP. Además de dar aviso a sus superiores y, de decidirlo, informar al Fidegar para activar Va Seguro.

Sin embargo, explica Carlos Nava, como la mayoría de los casos son incidentes leves, algunas escuelas se limitan a informar a los padres y no continúan los pasos para evitar ser cuestionados por autoridades federales. De ahí que no se pueda determinar cuántos accidentes en total ocurren cada año en planteles capitalinos.

Máspormás buscó a la Administración Federal de Servicios Educativos del Distrito Federal (AFSEDF) para solicitar el número de casos reportados ante dicha instancia, sin embargo, no hubo respuesta.

Lo más peligroso

Golpes en la cabeza, brazos y piernas son las lesiones más comunes reportadas ante el Fidegar, mientras que las causas más frecuentes son caídas y atropellamientos dentro y fuera de los planteles escolares. Sin embargo, también ocurren accidentes fatales.

Por ejemplo, en abril de 2014, Juan, de 14 años de edad, murió tras sufrir un traumatismo craneoencefálico al caer y golpearse la cabeza mientras corría dentro de su escuela. Casi dos años después, Jonathan, de 16 años, falleció por una lesión similar, al caer de uno de los niveles superiores del plantel donde estudiaba.

Ambos casos son los únicos registrados en el Fidegar que ocurrieron dentro de las instalaciones de alguna escuela.

El año pasado, del total de atenciones dadas por Va Seguro, 44.8% eran lesiones en la cabeza, con 12,694 casos; 23.9% corresponden a fracturas, raspaduras o cortes en las piernas, con 6,783; 19% fueron lesiones en la zona media del cuerpo, con 5,515, y lesiones en los brazos representaron 11.6%, con 3,287 incidentes.

El 95% de todos los casos reportados ocurrieron dentro de las escuelas, sin embargo, el 5% restante, y que ocurrió en algún trayecto escolar, fue más peligroso.

En enero de 2015, por ejemplo, Juana y Kenia, hermanas de 7 y 9 años de edad, ambas estudiantes de primaria, murieron al salir de casa rumbo a la escuela.

Las dos viajaban en un taxi en compañía de su madre cuando fueron embestidas por un camión pesado. En el accidente, las tres fallecieron.

Al igual que ellas, Aviri, de 6 años, murió afuera de la escuela tras ser atropellada en abril del año pasado.

De acuerdo con el Fidegar, el grupo más vulnerable está entre los 6 y los 13 años de edad, pues de los casi 29 mil accidentes reportados, el 88.87% ocurrió entre alumnos de primaria y secundaria.

Del total de atenciones, 3,122 fueron alumnos de preescolar; 15,272 de primaria; 8,917 de secundaria, 98 de los lesionados fueron de nivel medio superior y en el mismo ciclo escolar solicitaron apoyo 870 personas entre profesores y prestadores de servicios, de los cuales, más de 90% sufrió lesiones o descompensaciones de salud fuera de la escuela.

En cifras:

  • 95% de los accidentes reportados ante el Fidegar ocurrieron dentro de los planteles.
  • 28 mil 279 personas  recurrieron a esa prestación pública para recibir atención médica.
  • 44.8% de las lesiones reportadas ante el Fidegar fueron golpes de distinto tipo en la cabeza.