Química, Medicina, Derecho e ingenierías entre las carreras universitarias con más estrés. Arte, Alberto Montt

Universitarios bajo estrés

Especiales

Especialistas estiman que 60% de los estudiantes tienen síntomas de este padecimiento al inicio de la carrera.

ARTE: ALBERTO MONTT

Química, Medicina, distintas ingenierías y Derecho son algunas de las carreras universitarias que más estrés producen entre sus estudiantes. Las principales preocupaciones de quienes cursan este nivel escolar son los horarios inflexibles, las evaluaciones y el exceso de tareas.

“Esto tiene que ver con la exigencia y la carga de trabajo que padecen cada semestre”, explica Francisco Martínez, psicólogo y coordinador del Call Center de Ayuda Psicológica de la UNAM.

Un estudio de la Clínica de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, elaborado en 2014, estima que 60% de los estudiantes padece algún grado de estrés que se desarrolla con más frecuencia durante los primeros cuatro semestres de la carrera.

Dicho estudio explica que la sobrecarga de emociones puede derivar en otros padecimientos físicos como úlceras pépticas, hipertensión arterial, diabetes, alergias e infecciones de distintos tipos.

Incluso, la Secretaría de Salud capitalina califica a la depresión y la ansiedad dentro de los padecimientos más incapacitantes, incluso más que la diabetes y otras enfermedades crónico degenerativas, porque afectan el desempeño y la calidad de vida de quienes los padecen.

Pese a la alta incidencia, especialistas sostienen que los jóvenes que sufren este tipo de afecciones son quienes menos atención médica solicitan, ya que sólo uno de cada cuatro recibe algún tipo de tratamiento especializado.

“Los universitarios buscan otra forma de desahogo emocional. No acostumbran acudir con ningún psicólogo, más bien se van de fiesta, están con amigos, no se detienen tanto a pensar en el aspecto emocional”, reconoce Francisco Martínez.

Entre las causas más recurrentes del estrés universitario están la preocupación por exámenes, proyectos académicos, horarios de clase que llevan a los alumnos a pasar hasta 12 horas en la escuela. Además, la constante preocupación por no aprobar materias y los problemas económicos, familiares y de pareja.

A Daniel Ceballos, estudiante de Química, la falta de descanso por trabajar en vacaciones, aunado a las presiones de la escuela, le provocó un trastorno de ansiedad que inició como una simple agitación.

Dos días después de los primeros síntomas fue al médico, pero en ese lapso sufrió ataques de pánico, le faltaba la respiración e, incluso, se tenía que salir del transporte público o del salón de clases para calmarse y poder realizar sus actividades universitarias con normalidad.

“Había momentos en que me estresaba de la nada. Ya no me quería subir al Metro o al camión porque había mucha gente y eso me incomodaba. Tenía taquicardias, se me aceleraba el corazón y tenía la sensación de que podía tener un infarto en cualquier momento”, recuerda Daniel.

A él lo diagnosticaron con un trastorno de ansiedad y la solución era descansar, por lo que tuvo que darse de baja un semestre para cuidad de su salud.

Algunos síntomas

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) México es uno de los países con mayor índice de deserción universitaria y una de sus principales causas, además de los problemas económicos y familiares, son las afecciones emocionales.

La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica indica, por ejemplo, que en la Ciudad de México, 16% de la población en edad escolar presenta indicios de algún padecimiento mental. Del total, 19% sufre inquietud; 17%, irritabilidad; 16%, nerviosismo y 14%, problemas de concentración.

Entre las consecuencias del estrés escolar, especialistas enlistan problemas para conciliar el sueño y dificultades para cumplir sus objetivos, lo que hace que los estudiantes bajen su desempeño y requieran atención psiquiátrica e incluso contemplen dejar sus estudios temporalmente.

Estrella Sánchez, por ejemplo, no terminó la carrera de Medicina tras vivir una crisis de ansiedad que se convirtió en depresión, cuando estudiaba para unos exámenes departamentales, situación que se agravó después de que su padre falleciera tras complicaciones de salud.

“Durante tres meses estuve con fuertes dolores de cabeza. Mi boca estaba seca, sentía que me iba a desmayar en cualquier momento y ni siquiera me daba hambre. Entonces imagínate que sin alimentos y presionada empecé con problemas en el estómago al grado de que todo lo que comía lo vomitaba”, recuerda.

Al empeorar su salud, su mamá la llevó con varios especialistas, entre ellos un psiquiatra que le diagnosticó un cuadro de depresión, por los síntomas que presentaba.

“Era tanta mi desesperación que no quería salir y si lo hacía me ponía a llorar en el transporte. Estando así, ni siquiera me acordé de la escuela”, dice Estrella.

Mejorar su estado de ánimo le tomó más de un año y aunque logró estabilizarse, al grado de dejar de tomar medicamentos y sólo acudir a terapia una vez al mes, decidió no regresar a estudiar previendo una posible recaída al sentirse presionada.

En cifras:

  • 4 carreras son las más estresantes: Química, Ingeniería, Medicina y Derecho.
  • 16% de las personas en edad escolar presenta indicios de padecimientos mentales.
  • 25% de los jóvenes con estrés, depresión y ansiedad solicita apoyo psicológico.