Manual para ser héroes

Opinión

Apuntes después del sismo. Instrucciones para ser héroe que perduran.

Tiende la mano

Un héroe mexicano salva al otro antes que a él. Algo sucede dentro de él que las prioridades cambian. Tal vez salvando al otro se salva a sí mismo. Durante las emergencias, eso suele ocurrir. El héroe se vuelve hormiga, carga 50 veces su peso, tal vez más, levanta edificios, mueve escombros y escarba su cartera con tal de salvar a alguien más.

 

Se indigna

Los héroes mexicanos no tienen edad. Los hay ancianos, millennials, chavorrucos o niños. Menos pertenecen a una clase social en particular: los pobres dan (a pesar de ser los primeros en resultar damnificados), los ricos dan (aunque son los menos afectados), los de en medio dan (aunque estén pasándola mal o la hayan librado de churro).

 

Se arriesga

Hay que tener la valentía para internarse por las carreteras y caminos donde ni el gobernador ni el presidente se paran ni de chiste, porque no son seguras. Lo hacen los héroes para ir a entregar, en propia mano, la ayuda que otra mexicana espera o que otro mexicano necesita en medio de una desgracia como la que vivimos.

 

No roba

Un héroe en una oficina pública sabe administrar el dinero (que-no-es-suyo) con honradez y transparencia. Sí puede haber héroes en la administración pública. Son uno en un millón, pero suele haberlos. La verdad es que son escasos en estos días, pero sus apariciones suelen ser milagrosas.

 

Recuerda

No debe olvidar. Recuerda siempre que alguien está más jodido que ella o él y por eso lo ayuda una semana, un mes, un año después, en fin, hasta que deje de ser vulnerable y se encuentre en igualdad de condiciones. Un héroe nunca deja de pensar en el otro, en ayudarlo, porque (uno nunca sabe) ese otro le puede salvar la vida, lo puede sacar de los escombros.