Ayuda anónima para ser padre

Ellos ayudan a otros a ser papás, pero por esta labor no se les conoce por su nombre, sino por un código alfanumérico indescifrable: son los donadores de semen del DF.

Fotos: Alfredo Boc / MxM.
Fotos: Alfredo Boc / MxM.

Con una búsqueda de Google y una llamada telefónica puedes comenzar tu travesía para ayudar a otros a tener hijos. Eso sí, necesitas tener entre 18 y 35 años, estar dispuesto a realizarte varios estudios médicos y tener abstinencia sexual. No todo mundo pasa las pruebas para ser un donador de semen.

En la Ciudad de México existen, por lo menos, siete bancos de semen; todos funcionan como parte de la estructura de las clínicas de reproducción asistida.

Los donadores llegan voluntariamente. No hay campañas o estrategias para encontrarlos, explica Abel Avilés, director del Banco de Semen del Instituto Valenciano de Infertilidad en México (IVI).  “Son —asegura— personas que deciden ayudar a las parejas a lograr un sueño que de momento ellos no desean”.

Pero ser donador no es sólo un asunto altruista. Si se pasan todas las pruebas, por cada muestra “utilizable” se otorga “una compensación económica”, de entre 300 a 700 pesos.

DE CANDIDATO A DONADOR

La primera cita es a las 9:00 de la mañana de un miércoles. El único requisito que solicitan, en ese momento, es tener tres días de abstinencia sexual. Una mujer treintañera, con un uniforme similar al que utilizan los empleados de laboratorio médico, explica que se analizará una primera muestra para conocer “la calidad espermática”.

El candidato a ser donador entra al cuarto de dos por tres metros, con una iluminación tenue y habitado por una silla, cubierta con una tela azul, una televisión, un par de revistas porno, un envase transparente con tapadera azul y un letrero: “Si se encuentra tenso o nervioso trate de relajarse, los estudios demuestran que en estado de calma se producen las mejores muestras”.

“En caso de que tu muestra cumpla con los requisitos, te llamaremos”, dice la mujer.

La primera prueba a que se somete la muestra se llama “calidad espermática”.  Este análisis determina si existe una concentración de más de 20 millones de espermatozoides por mililitro; de los cuales, más del 50% debe tener movilidad y una forma considerada normal. Si cumple con esto aumentan las posibilidades de garantizar un embarazo.

Si la muestra pasa esta prueba, y si resiste una congelación de menos 196 grados centígrados, el candidato continúa la travesía: estudios médicos que, entre otras cosas, acrediten que no padece enfermedades de transmisión sexual. En algunos casos, dependiendo de la clínica, se hacen estudios psicológicos.

Dejar de ser candidato para convertirse en donador puede ser un proceso que dura, en promedio, un mes y medio.

“No buscamos al hijo de familia ideal, pero sí tiene que ser una persona completamente enterada de lo que está haciendo”, dice Avilés, del Banco de Semen del IVI.

Fotos: Alfredo Boc / MxM.
Fotos: Alfredo Boc / MxM.

SECRETOS DE FAMILIA

En México, el 30% de los casos de infertilidad en parejas tiene como causa un factor masculino. Un hombre puede ser infértil cuando tiene menos de cinco millones de espermatozoides en un mililitro de semen, cuando sus espermatozoides tiene baja movilidad o un porcentaje muy bajo de ellos tiene una forma normal, entre otras cosas.
Una pareja que tiene problemas infertilidad masculina o una mujer que desea ser madre sin tener a una pareja son quienes acuden a los bancos de semen, para someterse a tratamientos de reproducción asistida.

El banco de semen del IVI fue el primero, a nivel privado, en funcionar en México. Comenzó en 2002 y tiene 35 muestras de personas con características físicas —estatura, complexión, color de ojos y piel— diferentes. Por cada muestra que se utilice en un tratamiento de reproducción asistida se paga entre cinco y seis mil pesos.

Todos los bancos de semen tienen notas sobre las características físicas del donante; algunos cuentan con alguna fotografía de cuando era niño, si es que él mismo acepta entregarla. Esto se hace para guardar la identidad del donador.

“Todo tiene que ser anónimo bilateral, ni el receptor ni el donante saben quién es quién —explica Avilés— Las muestras del banco de semen no son para tener al hijo a la carta, se utilizan para dar una alternativa a la pareja que no puede usar su muestra y se utilizan las características físicas de la pareja”.

Para cuidar el anonimato del donador, él entra por una puerta distinta, en horarios diferentes a los pacientes que acuden a un tratamiento de reproducción asistida.

El donador debe dar muestras durante un periodo de entre tres y seis meses. En algunas clínicas, debe de asistir una vez cada 15 días y en otras dos veces por semana. En cada visita debe de tener abstinencia sexual de tres días previos.

Las muestras que están listas para usarse se guardan no llevan el nombre del donador, sino un código alfanumérico “único e indescifrable, que nada tiene que ver con las iniciales de su nombre ni con su fecha de nacimiento”, explica Avilés.

La confidencialidad busca evitar que el donante tenga, en el futuro, una responsabilidad de paternidad.

Las muestras de un donador sólo pueden usarse seis veces. Para evitar que dos hermanos biológicos se encuentren —con riesgo a relaciones consanguíneas—, se distribuyen geográficamente, buscando que la posibilidad del encuentro sea mínima.

Ya pasó una semana desde que el candidato a donador asistió a la primera prueba. La mujer treintañera, con un uniforme similar al que utilizan los empleados de laboratorio médico, aún no lo ha llamado.

 

 

UNA LEY ‘OCHENTERA’

En México, dos leyes rigen el manejo de los bancos de semen, aunque ninguna de las dos se refieren a ellos específicamente: el título XIV de la Ley General de Salud, sobre Donación, Trasplantes y Pérdida de la Vida, así como el Reglamento de la  Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario de la Disposición de Órganos, Tejidos y Cadáveres de Seres Humanos (de 1985).

Especialistas en reproducción asistida como Abel Avilés resaltan que hay un atraso en la legislación del tema de bancos de semen de 20 años.

 

DATOS

En 2003 nació el primer bebé en México mediante una donación anónima de semen.

6 muestras de semen, como límite, pueden dar los donadores en México.

6 muestras son las que se tiene como límite en Australia.

25 muestras son las que se permiten en Dinamarca.