Abstinencia de Twitter, por @goliveros

Durante los últimos días decidí no tuitear. Para muchos, esta declaración es hasta vana, pues ven “el tuiter” como un juego o pasatiempo. Para mí, es un sacrificio. Parte de la adicción que muchos padecemos.

 Quise dejar Twitter -o, por lo menos, mis publicaciones- por múltiples razones: salud mental, liberación de estrés, reasignación de tiempo libre o de trabajo, posibilidad de leer a otros sin la contaminación de mi opinión, evasión de pleitos en la red, libertad.

Curioso, libertad.

El Nüremberg que es Twitter cuando no piensas como “la mayoría” -aunque esa mayoría sea de bots o granjas- es la queja cotidiana de famosos, líderes de opinión o twitstars ante la andanada de insultos y críticas al trabajo o la idea que, sucede, es contraria.

Pero hasta el insulto se añora cuando se es adicto a redes sociales.

Con la proliferación de los teléfonos inteligentes, las nuevas adicciones han comenzado a surgir. Los hay quienes viven pegados al juego de moda (como Angry Birds o Candy Crush) o a páginas de ligue o sexo. Y por supuesto, estamos los adictos a redes sociales.

En todos los casos, según el Semanario de Biomédica y Biomedicina, los pacientes con DAI (Desorden de adicción al internet) sufren de disfunción en los sistemas de dotación de dopamina al cerebro.

No es sorpresivo, por ejemplo, que quien consume grandes cantidades de pornografía en la red comience con problemas de erección o de excitación con sus parejas. El estudio concluye que, al tener placer de forma virtual, la problemática comienza al intentar recrearlo más allá de la tablet o el teléfono inteligente.

Así que, además el enojo de la pelea con alguien que no conoces (no me malinterpreten: no hay nada mas estimulante que intercambiar puntos de vista en la red, pero existen quienes no buscan sembrar el pasto, sino incendiar la pradera por el mero gusto de ver el fuego) está el problema de la dopamina, la vista cansada, la paranoia de creerte importante por el número de seguidores.

Y ahí no está lo relevante.

Por supuesto que volveré a publicar y a discutir y a pelearme con tuiteros -que en ese foro son mis pares- pero, de vez en cuando, vale la pena tomarse unas vacaciones y recordar que por más álgida que sea la platica, somos tan importantes como nuestra obra fuera de los 140 caracteres.

Aunque deseemos, con fuerza, un sencillo RT.

Nos leemos en @goliveros desde el lunes.

 

(Gonzalo Oliveros / @goliveros)