El cuidado de un animal de compañía va más allá del afecto. Tiempo, espacio, higiene, esterilización y visitas al veterinario son parte del paquete
Tener un lomito o un michi no es un juego ni un simple acto de afecto momentáneo. Adoptar una mascota implica un compromiso a largo plazo, con obligaciones que van más allá de alimentar y pasear al animal.
Por desgracia, muchas personas no entienden estas responsabilidades y en ocasiones los terminan maltratando o incluso abandonando. De acuerdo con estimaciones del Congreso de la CDMX, cada año 500,000 perros y gatos son abandonados en el país; sólo en la capital, cerca de 180,000 animales mueren sacrificados porque quienes los tenían bajo su resguardo no los reclamaron de vuelta.
Según la Guía de Animales de Compañía para Dueños Responsables elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la tenencia responsable involucra cuidados médicos, emocionales, reproductivos y sociales, alineados con principios internacionales como las “cinco libertades” del bienestar animal.
¿Qué significa ser un dueño responsable?
Desde la perspectiva de la medicina veterinaria, ser un propietario responsable implica garantizar el bienestar de los animales que viven bajo nuestro techo. Y el bienestar, de acuerdo con los estándares internacionales, está determinado por las llamadas cinco libertades del bienestar animal:
- Libre de hambre, sed y desnutrición: acceso constante a agua fresca y una dieta apropiada.
- Libre de temor y angustia: entorno tranquilo, sin castigos violentos ni negligencia emocional.
- Libre de molestias físicas o térmicas: espacios confortables, con protección frente a climas extremos.
- Libre de dolor, lesión o enfermedad: chequeos veterinarios regulares, vacunación y tratamientos.
- Libre de manifestar su comportamiento natural: oportunidad de socializar, jugar, explorar y moverse libremente.
Estas libertades, adoptadas en la CDMX por dependencias como la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), son el estándar mínimo para garantizar una vida digna a nuestros compañeros animales.
La tenencia responsable comienza antes de adoptar
La guía elaborada por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM sugiere hacerse preguntas muy concretas antes de decidir si se quiere tener una mascota: ¿El tamaño del perro es adecuado al espacio en el que vivo? ¿Molestará a los vecinos? ¿Cuento con el presupuesto para sus cuidados? ¿Habrá alguien en casa durante el día para cuidar o convivir con la mascota? ¿Podré cuidar a la mascota durante 10 años o más? ¿Alguien de mi familia tiene alguna alergia hacia los perros o gatos?
Responder con honestidad es clave, ya que muchas veces las decisiones impulsivas llevan a abandonos o a situaciones de maltrato indirecto, como el confinamiento en espacios inadecuados o la negligencia médica.
El problema de la sobrepoblación
Una sola hembra no esterilizada puede generar hasta 67,000 perros o 420,000 gatos en sólo seis años si se le permite reproducirse sin control. De allí que una parte esencial de la tenencia responsable sea la esterilización quirúrgica.
Además de reducir el riesgo de enfermedades hormonales y comportamientos territoriales o agresivos, esterilizar evita el nacimiento de animales que posiblemente terminen abandonados. De los más de 23 millones de perros y gatos que hay en el país, el 70% de ellos están en situación de calle.
Educar a tu mascota
Una mascota no nace sabiendo comportarse en casa. Por ello, uno de los pilares de la tenencia responsable es su educación. Esto incluye establecer reglas familiares coherentes, usar refuerzos positivos (juguetes, premios, caricias) y jamás recurrir a la violencia como método de disciplina.
Permitir que desde cachorro muerda muebles, suba a sillones o haga del baño en cualquier lado, sin corrección adecuada, es una receta para el conflicto futuro. Lo ideal es comenzar la socialización entre las cuatro y 14 semanas de edad en perros o entre las dos y siete semanas en gatos, pues es la etapa crítica para que aprendan a convivir con otros humanos y animales.
Higiene y alimentación
Un dueño responsable entiende que la limpieza no es sólo estética. Bañar a tu mascota con productos adecuados, cepillarla con frecuencia y revisar su piel ayuda a prevenir enfermedades dermatológicas o detectar parásitos a tiempo. La limpieza dental regular evita enfermedades periodontales.
Otro punto esencial es el manejo de heces. Según datos incluidos en la guía, en la CDMX se genera al menos media tonelada diaria de excremento de perros y gatos. No recoger las heces es una falta de respeto al espacio público y un riesgo sanitario.
¿Dónde adquirir un animal de compañía?
La guía propone adoptar en albergues o asociaciones de protección animal, que garantizan que los animales están vacunados, esterilizados y listos para convivir en un hogar. También desaconseja comprar en mercados o con vendedores ambulantes, donde las condiciones de crianza suelen ser inadecuadas y se fomenta la reproducción irresponsable.
Si se opta por un criadero, se debe verificar que esté registrado ante la Federación Canófila Mexicana y que ofrezca garantías de salud, trato digno y atención postventa. Una recomendación clara: no te dejes llevar solo por la raza o el pedigrí; busca un animal que se ajuste a tu estilo de vida y posibilidades reales.
Tener una mascota también implica cuidar la relación con tus vecinos y el entorno. Evitar que el perro ladre excesivamente o que el gato defeque en espacios comunes, y que siempre lleve correa, es parte del respeto básico hacia quienes no viven contigo pero comparten el espacio. La tenencia responsable no es parcial: o lo eres, o no lo eres.
- 500,000 perros y gatos son abandonados en todo el país cada año
- Hasta 67,000 perros puede tener como descendencia una sola hembra canina y sus crías en tan solo 6 años
No esterilizar, abandonar o no prever los cuidados básicos convierte a un animal de compañía en parte de un problema de salud pública, de ahí la importancia de la tenencia responsable