Los habitantes del Archivo General de la Nación

Ciudad

Más allá de las historias de terror que encierra la que fuera la penitenciaría más cruel de la historia en México, el antiguo Palacio de Lecumberri —ahora el Archivo General de la Nación— alberga gran parte de nuestra historia en su documentación. 

Con archivos que datan del siglo XVI, el Archivo General de la Nación es el encargado de resguardar los antecedentes históricos de nuestro país. Fue fundado en 1970 por Juan Vicente Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, en ese entonces se le conocía como: Archivo General de la Nueva España.

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Se dice que dentro de su acervo se encuentran alrededor de 375 millones de hojas, las cuales equivalen a 52 kilómetros lineales de documentación como el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, documentos firmados de puño y letra de Hernán Cortés, la Constitución de 1917; además de los archivos presidenciales desde Francisco I.Madero, hasta nuestro actual presidente Enrique Peña Nieto.

Ahora, conozcamos más de los habitantes del Archivo General de la Nación, quienes son los que hacen posible que los chilangos tengamos accesos a documentos que no imaginábamos que existían.

Trabaja a marchas forzadas

Mariana Jiménez, jefa del departamento de Organización y Descripción Documental, viste con pantalón de mezclilla, y una esponjosa chamarra en color negro, la cual combina con una bufanda que sobresale del cuello de la misma, es de presencia imponente, lo cual se reafirma al escuchar su tono de voz.

“Dentro de mis funciones está la de coordinar proyectos de organización y descripción documental desde el siglo XVII hasta el XX, cuento con un grupo especializado de ocho personas que se encarga de hacer la transcripción y descripción paleográfica de esos documentos, para que posteriormente se puedan digitalizar, todo con el objetivo de conservar el archivo, y que de esa manera sea consultado por 500 personas sin ser manipulado”, comenta.

Entre los documentos que Mariana se ha encargado de restaurar se encuentran testamentos, deudas, archivos de gente que fue embargada de sus casas y hasta de asesinatos, “ recuerdo uno de una mujer, fue por 1930, ella estaba enamorada, pero un día se enteró que su amado le era infiel, muy dolida por la noticia le disparó y lo mató; fue sentenciada, pero con una pena menor, ya que hubo un atenuante en su defensa, se dijo que la mujer no estaba en sus cabales porque se encontraba en su periodo menstrual, eso me pareció un hecho muy interesante”, dice la experta.

Mariana inicia sus labores a partir de las 9 de la mañana, aunque comenta que no tiene un horario fijo de salida, ya que trabaja en la manipulación de más de 52 kilómetros lineales de documentación no es tarea fácil, “nos hacen falta más manos”, concluye.

El encargado de promover el legado del Archivo

Vestido con pantalón de color beige y guayabera chedrón un hombre de mediana estatura camina por las salas, su nombre es Alejandro, él es jefe de educación del Archivo General de la Nación, “soy el encargado de dar a conocer la importancia de los archivos, a través de visitas guiadas, representaciones escénicas y conciertos” comenta.

Alejandro comenzó a trabajar en este lugar hace aproximadamente tres años y medio, aunque le ha costado un poco, desde entonces ha intentado promover con la gente la importancia que tiene el archivo, saber para qué funciona y la importancia que tiene para la vida de los visitantes, ” también les hablamos de cómo fue la restauración de los documentos, tomando en cuenta que algunos tienen más de 500 años de vida”.

Y continúa con la charla, “95% de las personas que nos visitan lo hacen por la historia que hay detrás del Palacio de Lecumberri, lo que busco, además de que se maravillen con su arquitectura, es que también lo hagan con su archivo. Tú puedes venir a reconstruir tu pasado genealógico en este lugar”, comenta y levanta las cejas.

Este lugar resguarda alrededor de 52 kilómetros lineales de documentación, dentro de esa lista se encuentran Los Sentimientos de la Nación, el Acta de Independencia; además de información de todas las disciplinas como:cocina, fotografía y vida cotidiana. “Quien desee hacer alguna consulta, lo único que debe hacer es tramitar su credencial de investigar con una identificación, un comprobante de domicilio y el tema a investigar”, concluye mientras abre las manos.

Le gratifica ayudar a la gente

Sentada en una oficina se encuentra Alina González Arguello, quien tien una función muy importante dentro del Archivo General de la Nación, “soy jefa del departamento de Control de Acervos Histórico, mi labor consiste en controlar los archivos resguarda aquí. También tengo a mi cargo el centro de referencias que es donde llegan las solicitudes de las personas que requieren su credencial como investigador.

Tiene dos años y medio trabajando aquí, durante ese tiempo me ha tocado ver de todo, desde personas enojadas porque no encuentran sus documentos, hasta las agradecidas porque encontraron lo que buscaban, ” hay quienes están infinitamente agradecidos porque les ayudas a conocer a sus ancestros, todos te dejan una enseñanza de todos aprendes”, comenta con una sonrisa de satisfacción.

Ayudar es algo que a Alina le gratifica mucho y con este trabajo descubrió lo importante que es hacerlo, ” hace poco recibí un correo de alguien agradeciendo por la orientación que le brinde, porque gracias a ello pudo terminar con su proyecto de tesis, ese es el tipo de satisfacciones que vas obteniendo día a día”, dice y continúa, ” aquí viene todo tipo de personas, estudiantes, doctores, maestros y mucha gente jubilada, yo creo que se aburren de estar en su casa y por eso vienen a hacer su investigación”, comenta y echa a reír.

Aunque en su labor también se ha topado con cosas malas, —por llamarlas de algún modo—, ya que dice que, ” hay gente que viene, te cuenta su tema a investigar, te entusiasmas con ellos y después dejas de saber de ellos, y te pierdes del final de esas historias”, termina con la charla y hace una mueca con la boca.

(Fotos: Guillermo Gutiérrez)