Foto: Lulú Urdapilleta

“Las novelas policiacas siempre necesitan un lector paranoico”: Iván Farías

Ciudad

En junio de este año, Grijalbo publicó Un plan perfecto, primera novela policiaca y el título más reciente del también autor de Entropía Remix.

¿Cómo describirías Un plan perfecto?

La novela trata sobre Diego Rodríguez, un ladrón de antaño conocido como El Soñado; un tipo que anhela tener unas vacaciones perpetuas, por lo que ha ideado un plan perfecto para robar un banco y abandonar su trabajo. Sin embargo, en el camino se enfrentará a varios problemas. La línea principal de la historia es la avaricia, ya que todos los personajes de su entorno sólo quieren tener más posesiones materiales, sin importar cómo lo logren.

¿Cómo surgió el argumento?

Yo estaba haciendo un reportaje para la revista Playboy sobre el robo de joyas y relojes. Entonces, al empezar mi investigación, entré en contacto con un hombre que antes había sido parte de la Policía Federal y cuyo trabajo era recuperar joyas y relojes por encargo; de alguna manera, él sintió simpatía hacia mí y empezó a contarme muchas cosas (al mismo tiempo, conocí a un ladrón de joyas, quien también me dijo mucho al respecto).

Como seguí buscando más y más información, el cierre de la revista pasó y no conseguí publicar mi reportaje. Sin embargo, esa historia siempre quedó presente y, de manera eventual, fui investigando cada vez más. Me inquietaba pensar de dónde venían las joyas o quiénes eran las personas dedicadas al tráfico de diamantes. Por ejemplo, descubrí el vínculo entre la mafia ruso-ucraniana y dicho tipo de robo, o la existencia de informes de la Interpol donde se afirma que Cozumel, las zonas fronterizas y Florida son algunos de los lugares donde la venta de esta clase de diamante era una forma de lavar dinero.

Iván Farías Un plan perfecto
Foto: Lulú Urdapilleta

Otro personaje peculiar que conocí en ese entonces era un hombre que siempre armaba en su mente el plan ideal que le permitiría dejar de trabajar. Creo que todos estos elementos fueron conjuntándose en la historia y de esta forma también empezaron a cobrar vida los demás personajes. Para detallar esto, podría mencionar a uno de ellos, el diputado tlaxcalteca, cuya ficción se parece mucho a la vida de un político que sí existió en Tlaxcala, fue presidente municipal sustituto y, además de tener la férrea intención de ser gobernador, se encargó de convertir la capital en su pequeño reino; yo lo conocía y podría decir que éramos amigos.

¿Me cuentas un poco más sobre las influencias del libro?

Las novelas policiacas que más me gustan son aquellas que se plantean como una especie de juego. Por esa misma razón, me interesan las películas sobre robos, también conocidas como capers, y en las cuales, a través de estratagemas, se van presentando determinadas situaciones para alcanzar un fin. Mi deseo es involucrar al lector y hacerlo cómplice de lo que está leyendo.

Supongo que el cine tuvo una influencia determinante en la génesis del libro.

En particular, hay una película canadiense que me gusta mucho: El socio del silencio. Está inspirada en una novela noruega y su trama gira alrededor de un hombre que entra, disfrazado de Santa Claus, a un banco con la firme intención de cometer un gran atraco. El problema es que quien en verdad comete el asalto es el cajero. Entonces, ambos personajes empiezan un juego de inteligencia y una persecución. Otra cinta que me gusta mucho es Tarde de perros, la cual trata sobre un robo cometido por unos verdaderos idiotas que se convierten en estrellas mediáticas. Y una más, Punto de quiebre, muestra a una banda de ladrones de bancos que juega con la policía. Además del tipo de cine que menciono, disfruto mucho la literatura policiaca; gusto que, a mi parecer, se debe a la manera en que se crea un desafío entre lector y escritor. Las novelas policiacas siempre necesitan un lector paranoico, alguien que tenga la capacidad de entrar despierto al libro e irse involucrando.

¿Cómo percibes el policiaco en México?

Cada vez hay más escritores que hacen policiaco, y con ello me refiero a autores bien inmersos, que no están coqueteando con el género o haciendo híbridos. Además, los lectores ya se acercan más a las novelas policiacas que no llevan la firma de autores sajones y que, al contrario, fueron obra de escritores latinoamericanos (un factor muy importante, justamente porque el policiaco depende de la inmersión en un tema, y eso puede ayudar para desentrañar mucho de lo que sucede en la sociedad). Entre los autores que escriben policiaco en México, algunos de los que más me gustan son: Hilario Peña, Imanol Caneyada, Daniel Salinas y Francisco Haghenbeck.

Iván Farías México Noir
Foto: Especial

Iván Farías recomienda diez imperdibles

Juan Tres Dieciséis, de Hilario Peña

Pronto, de Elmore Leonard

Mátalos suavemente, de George V. Higgins

Las paredes desnudas, de Imanol Caneyada

No es país para viejos, de Cormac McCarthy

El abogado del crimen, de Cormac McCarthy

Rabia, de Stephen King

Libros de Sangre, de Clive Barker

A mis mejores amigos no los he visto nunca, de Raymond Chandler

Prótesis, de Andreu Martín