Platillos históricos de la Ciudad de México

Por: Redacción
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 En la Ciudad de México hoy en día se comen platos que se ven como si siempre hubieran estado ahí, incluso se han replicado y se ha perdido quién los inventó. Aquí los rastreamos

Por Cristina Salmerón*

  1. Torta de chilaquiles

Esta combinación es tan genial como glotona y sí, nació en esta urbe. El puesto callejero de Alfonso Reyes y Tamaulipas es mejor conocido como “la esquina del chilaquil” gracias a este negocio que reunió en un bolillo una buena embarrada de frijoles, una porción de chilaquiles verdes o rojos y hasta trozos de milanesa de pollo o de res o cochinita. Es atendido por Perla Flores, “La Güera”, y desde las 8 hasta las 13 horas (o antes si se acaban los insumos) tienen una fila que llama la atención de toda persona que pase por ahí. Recientemente abrieron otro local por la Estela de Luz.

  1. Gomichelas

La michelada no es esa idea genial que surgió aquí en la capital, pero servir la cerveza en una licuadora, en un recipiente con forma de Kitty, de tinaco Rotoplás o de un Pelón Pelo Rico, sí. Basta con ir a Tepito para encontrarse con uno de estos puestos donde a la cerveza le agregan limón, sal, chile, salsitas, se escarcha con chamoy, la coronan con un sinfín de gomitas de colores y con un popote cubierto de tamarindo enchilado. ¿Quién fue primero? Eso aún es un enigma, pero hasta hace unos meses, el puesto más popular de la CDMX era Dolls Drinks en el tianguis de La Lagunilla. Ahora, ese puesto ha desaparecido, pero su legado permanece.

  1. Esquites

Las chilangas y chilangos creemos que somos el ombligo del mundo, y a veces llegamos a pensar que aquí se originaron grandes ideas gastronómicas como ponerle ingredientes sorpresa a los esquites y, pues no. Pero una gran adaptación que sí se hizo famosísima aquí es la de Esquites Don Josué, que a diario se venden en la esquina de Eje Central y Xola. Empezaron con tuétano, pero ahora hay suadero, camarón, longaniza o pata de res. No hay día que la gente no haga una larga fila, no hay día en que se les quede un vaso sin vender.

*Texto adaptado para + Chilango