Roberto Remes, activista y Autoridad del Espacio Público en su oficina, foto de Guillermo Gelamaka

Un cambio de bando ¿positivo?

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Roberto Remes, conocido como el Rey Peatón, cambió el activismo ciudadano por una nueva trinchera en el gobierno.

FOTO: GUILLERMO GELAMAKA

Pasó de activista a funcionario, seducido por la idea de cumplir lo que soñó, lo que planeó y lo que estudió. A pesar de las críticas por pasarse al otro lado, Roberto Remes asegura que no tiene problema en decirle a algún secretario o al propio jefe de Gobierno que se está equivocando.

Para el Rey Peatón, como es conocido, sí es posible trabajar en el gobierno y ser crítico, pues es parte de lo que un gobernante necesita para tomar mejores decisiones.

“Hay que entender que el jefe, que el mero mero, quizá no siempre esté esperando que le digan que sí a todo. Podría haber ocurrido hace 50 años, pero ahora lo peor que le puede pasar a un alcalde es que todos le digan sí, Señor”, dice.

Dentro de la actual administración, Remes afirma que hay funcionarios a los que antes criticaba y ahora aprecia, pero que hay con quienes sigue teniendo diferencias, sobre todo por la aplicación de medidas que prefiere no apoyar.

Desde su nueva trinchera ha encontrado una vía distinta para plantear las inconformidades que antes hacía como ciudadano.

“No tengo empacho en de pronto decirle a un secretario que no estoy de acuerdo con algo, claro que no lo voy a hacer en todos los temas, como lo habría hecho estando afuera, pero sí en lo más relevante. Tener una postura y estar en contacto con el gabinete me permite encontrar vías que no necesariamente son escribir un artículo o dar una entrevista”, dice.

Aunque el Rey Peatón se siente confiado por la oportunidad que en marzo pasado lo puso frente a la Autoridad del Espacio Público (AEP) sabe que hay temas que no puede tocar porque su capacidad de influencia es limitada. “Son cosas que uno sacrifica”, sostiene.

Carencia de solucionadores

El reto más grande que tiene la Ciudad de México y algo que planea que cambie, dice Roberto Remes, es hallar la manera para que cada uno de los problemas de la capital tenga un encuentro con un solucionador.

Para esto, explica, hacen falta más personas capaces para enfrentar retos públicos desde la esfera social, política, empresarial o cualquier otra, que construyan en una misma dirección, promoviendo una ciudadanía crítica que genere la presión suficiente para transformar decisiones.

“Necesitamos a gente que se meta en temas micro porque hoy la presión te dice ‘quiero más espacio público, chido el peatón, chida la bici’, pero eso no me alcanza a construir cómo trepo a 15% de los viajes a la bicicleta, no me dice cómo hago que más cantidad de personas camine 5 km diarios. Las políticas a nivel de detalle nadie las está planteando desde la sociedad”, dice.

Además de ir al detalle, el segundo reto que Roberto Remes encuentra es identificar las rutas para dar soluciones, planteando plazos a ocho, 10 o 20 años en lugar de respuestas mágicas, pero parciales.

“Si se dedicara tiempo a soluciones a largo plazo, estas sí podrían ser mágicas”, dice.

Desde marzo pasado, cuando entró en funciones luego de que su antecesora Dhyana Quintanar —quien también era activista en temas de movilidad— fuera retirada por acusaciones de fraude y corrupción, el representante actual de la Autoridad del Espacio Público señala que ha sido objeto de críticas por pasar de activista a funcionario, situación que lo alejó de las redes sociales para evitar responder a los ataques.

En lo laboral, dice, hay una queja constante de la ciudadanía que piensa que la AEP es la instancia que debe solucionar todos los problemas del espacio público de la ciudad, cuando muchas de las capacidades y las atribuciones pertenecen a otras instancias, por ejemplo, las delegaciones.

“Se cae en el dilema sin solución en donde el gobierno siempre va a ser malo y la ciudadanía la afectada. Creo que la sociedad puede construir más sin la dialéctica de que hay una montaña poseedora de la verdad y un valle donde caen todos los residuos, porque estos juicios, sin colaboración, sólo nos llevan a que el gobierno sea cada vez peor”, dice Remes, quien es maestro en políticas públicas por el ITAM.

Ciudad de los sueños

Como padre de familia, la idea de recreación para Roberto Remes es caminar en el Centro Histórico y los barrios más tradicionales de la capital, pues aunque por más de 20 años ha estado involucrado en temas de movilidad y desarrollo urbano de la ciudad, tiene el presentimiento de que no conoce todas las calles y los callejones del Centro.

Para el Rey Peatón, la Ciudad ideal tiene una forma que como concepto no involucra tamaño ni distribución, sino la manera en la que todo se puede conectar a partir de un proceso de planeación.

“Hablo de una ciudad en la que las calles son fáciles de cruzar, donde los edificios no sólo son muros que aíslan, sino que tienen una relación permanente entre el adentro y el afuera. Tenemos que cambiar la forma en la que hacemos los edificios, las calles, los rascacielos, la forma en la que destruimos, porque pasamos y decimos ahí estaba la planchaduría o tal negocio; tienen que ser procesos más suaves, es la ciudad a la que aspiro, muy en la línea de una ciudad para todos, incluyente, accesible, segura”, dice.

En cifras:

  • 7 meses lleva Roberto Remes al frente de la Autoridad del Espacio Público en la ciudad.
  • 2 rehabilitaciones de parques, Pushkin y La Bombilla, se hicieron durante su gestión.
  • 6 años lleva como activista en temas de desarrollo urbano y movilidad.