Escuela para machos

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Mil hombres se han inscrito al curso que busca erradicar el machismo en la CDMX, pero solo 51 lo han pasado.

ARTE: MICHEL LARIS

Aunque se han inscrito alrededor de mil chilangos a este taller antimachista, muy pocos logran finalizarlo. ¿Por qué no lo terminan? “El temor a ser confrontados y la negativa a aceptar que son generadores de violencia”, explica Antonio Morales, responsable de la Actividad Institucional de Prevención y Atención de la Violencia de Género de la Secretaría de Salud capitalina.

Y la situación es seria en la CDMX. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), 52.3% de las capitalinas a partir de 15 años ha enfrentado agresiones de pareja, y 72 de cada 100 han experimentado un acto de violencia en diferentes ámbitos de su vida.

Uno de los objetivos del taller es trabajar específicamente con hombres, pues mientras las legislaciones actuales promueven salvaguardar a la mujer, no se estaba dando una alternativa para quienes ejercen el abuso.

“Si hay un caso de violencia, quienes tienen que dejar el hogar para irse a los refugios son las mujeres y quienes reciben terapia son ellas, pero es igual de importante trabajar con los hombres violentos y enseñarles cómo modificar su conducta, pues logrando que uno asuma un cambio, el entorno será diferente”, dice Antonio.

El curso tiene un carácter psicoeducativo y no terapéutico porque así lo establece la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, tanto federal como local, y porque la dinámica educativa permite que lleven a cabo ejercicios grupales basados en experiencias.

Edades violentas
Las mujeres que se encuentran más expuestas a ser violentadas, ya sea por su pareja o por cualquier otro agresor, son las que tienen entre 20 y 29 años, pues estadísticas del Inegi detallan que 78 de cada 100 mujeres en ese rango de edad han sido víctimas de al menos un episodio de violencia o abuso, mientras que la cifra más baja se presenta a partir de los 60 años.

En el taller de prevención, la mayoría de los asistentes tienen entre 20 y 40 años, sin embargo, hay mayores de 70 quienes también han acudido a enfrentar las consecuencias de sus actos violentos.

Antonio Morales señala que “80% de los usuarios están repitiendo un patrón de lo que vieron en casa desde pequeños e incluso aquí se dan cuenta de que están siendo violentos en otros ámbitos de sus vidas de los cuales no sospechaban”.

Explica que si bien la mayoría de los casos que recibe son por problemas de pareja, otros acuden porque identificaron reacciones agresivas en la escuela y en el trabajo.

Abuso psicológico y emocional, golpes y control de la economía de la pareja son los tipos de abusos que más se cometen en una relación sentimental. Tan solo en la Ciudad de México, el 50.1% de las mujeres ha experimentado violencia emocional por parte de su pareja; mientras que el 34.1% ha padecido abuso económico y patrimonial.

En las sesiones, cuenta el responsable del proyecto, los temas que más conflictos provocan son los relacionados con identificar la violencia, pues muchos de los usuarios desconocen que existen otros tipos más allá de los golpes.

“Hay quienes no saben qué es la violencia psicológica y económica porque identifican una agresión con un ojo morado o con algo que sea evidente, pero explicarles en qué consisten los demás tipos los trastoca. Muchos se dan cuenta de que los han cometido y que han caído en el círculo de la violencia, en el que cometen un acto, se disculpan, pero vuelven a caer”, dice.

¿No que muy machos?

Al taller de prevención de violencia se han inscrito mil hombres en dos años, pero solo 51 han concluido las 25 sesiones.

La dinámica de trabajo consiste en que dos terapeutas por grupo aborden temas sobre violencia y masculinidad, que deberán ser complementados con las historias de vida de los asistentes con la intención de escuchar y comprender las problemáticas individuales, sin embargo, ese mismo enfrentamiento es el que provoca la deserción.

“Muchos se van al verse enfrentados, aunque llegan de manera voluntaria, les cuesta trabajo darse cuenta de lo que es la violencia y de cómo la han ejercido. Hay quienes no quieren seguir porque no aceptan las observaciones”, explica Antonio.

Para acudir al curso, los responsables dan todas las facilidades: se realizan en la tarde-noche para no empatar con horarios laborales; la cita es una vez a la semana durante seis meses y hay grupos en los cuatro puntos cardinales de la capital, aún así, los que se han comprometido a terminar el curso son muy pocos y dejan sus intenciones antimachistas en el limbo.

“El taller no tiene un carácter de obligatoriedad, es decir, los asistentes pueden faltar en cualquier momento, pueden ir a la primera y regresar a la quinta sesión, no hay problema, sin embargo, muchos optan por no regresar y eso no ayuda a su proceso de reeducación”, cuenta Morales Gómez.

Quienes quieran asistir al taller pueden hacer una cita al teléfono de la Secretaría de Salud capitalina (Sedesa) (55) 5132 125;
y obtener más información en el sitio www.salud.cdmx.gob.mx.

En cifras: 

  • 3 tipos de violencia en las relaciones de pareja son los más comunes: psicológica, física y patrimonial.
  • 8 de cada 10 mujeres han vivido un episodio violento a lo largo de su vida.
  • 99% de quienes toman el taller lo hacen porque han ejercido violencia de pareja.