“¡Aaahhh los diputados, siempre tan ocupados!”, por @salcamarena

Ya se sabe que, veleidosos como son, antes de preguntarnos cualquier cosa respecto a los diputados conviene saber si están o no en periodo. Sus largos y frecuentes recesos podrían generar la envidia de presidentes y reyes de todas las épocas. Además de lo anterior, los asambleístas del Distrito Federal, fieles a esa cultura, tienen bien ensayada la centenaria filosofía de que las cosas en palacio van despacio (ok ok, Donceles es como palacio de chocolate, pero palacio legislativo al fin).

Qué bueno sería tener la tranquilidad de que salvo embolsarse discrecionalmente decenas de millones de pesos del erario para sus grillas, lo que los asambleístas capitalinos dispongan no tiene nada qué ver con la ciudad de México. Por desgracia no es así. Miren si no lo que les está pasando a los vecinos de Polanco, que desde hace semanas no duermen, carcomidos como están por la duda de qué decidirán sobre su colonia las señoras y los señores de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Sucede que Polanco, como otras colonias de la capital, tiene algo llamado Plan Parcial de Desarrollo. La versión anterior de ese documento es de 1992. Ese ordenamiento tenía una vigencia que caducó a los 15 años. Por ello, hace cuatro años y en apego a la ley, la Seduvi convocó a los vecinos a la consulta que recoge las peticiones de los habitantes del perímetro en cuestión.

Auxiliados por la delegación Miguel Hidalgo, los vecinos opinan y lo que digan es ley. O debería serlo. Es decir, ellos tienen todo el derecho de definir lo que quieren y lo que no quieren para su colonia, en este caso la sufrida Polanco. Esa consulta es redactada por la delegación y revisada por la consejería jurídica del Distrito Federal (que valida que lo que los ciudadanos piden está en concordancia con la norma que nos rige como capitalinos) y una vez aprobado, el documento se pasa a la Asamblea Legislativa para que se apruebe. Suena a cuento de hadas, ¿verdad? Power to the people, y así, ¿no? Pues no tan rápido. Porque para empezar debemos preguntarnos porque llevan cuatro años sin poder procesar ese plan.

Los vecinos aseguran que alguien en la anterior Seduvi trató de meterle mano a lo que ellos propusieron, pero que lograron que la consejera jurídica Leticia Bonifaz (en tiempos de Marcelo) logró parar los goles que esa mano misteriosa quería meter, y que el plan regresó a lo que planteaban los ciudadanos. Pero ahora, en Polanco la pregunta que nadie sabe responder es qué dice exactamente el documento de plan parcial que ya tiene la Comisión de Desarrollo Urbano e Infraestructura de la ALDF.

¿Nada más fácil que preguntar, verdad? Pues no en este caso, porque los vecinos de Polanco llevan un mes pidiendo audiencia a los asambleístas de esa comisión para lo que debería de ser un derecho fundamental de toda democracia: que los ciudadanos conozcan lo que debatirán quienes se ostentan (y cobran por ello) como sus representantes. Adjunto podrán ver uno de los oficios de los vecinos solicitando, formalmente, audiencia para este tema. Y nomás no los pelan.

Polanco, ya se sabe, es un desastre. El actual caos no tiene madre, ni padre. Nadie sabe quién autorizó qué, o por qué en una calle donde las construcciones por ley no pueden tener más de tres pisos de repente surgen edificiotes propios de la Gran Manzana. Y de restaurantes, bares, valets, guaruras y sitios de taxi ya ni hablamos.

El plan parcial de desarrollo debería ser el documento maestro para que ese desmadre (desmadre, dícese de un río que se sale de madre o cauce) no crezca. Y hace 4 años los vecinos dijeron lo que querían y lo que no.

A los vecinos les preocupa que no saben si tratarán, qué raro, de hacerles chanchullo. El plan regula el destino en materia de desarrollo urbano y ellos quieren preservar lo que queda de vocación habitacional de Polanco. No quieren ni un restaurante más ni edificios altos donde no puede, por ley, haberlos.

En concreto, tienen varias preocupaciones. Ellos dejaron bien claro en el plan que los llamados “derechos adquiridos”, que se ha convertido en una forma de planchar todas las ilegalidades, no se podrán convalidar cuando hayan surgido de ilegalidades. Hasta hoy, con un par de papeluchos se han demostrado supuestos derechos adquiridos y con ello regularizan giros comerciales que nunca existieron.

Otro de los desvelos de los vecinos es la altura permitida en las construcciones. Se pasará de máximo nueve metros, o sea tres niveles, a 12 metros, o sea cuatro niveles. Pero hay una versión de que ya una vez una mano misteriosa en vez de 12 metros puso 18, entonces ya se imaginarán que en ese nuevo límite caben más que cuatro niveles. Maradona habría envidiado esa mano misteriosa.

Por último, los vecinos dejaron bien claro que en las zonas habitacionales con comercio en planta baja, no podrá haber un giro comercial que sea restaurante, café, lonchería ni nada parecido. A salvo de esto quedan la zona hotelera, la plaza donde están el Liverpool, el Palacio de Hierro, la plaza Polanco y el pabellón del mismo nombre. Y las casas catalogadas por el INBA podrán ser habilitados como hoteles boutique, pero sin restaurante, y si acaso tiene una cafetería esta no podrá ocupar más del 10% de la superficie del hotel y estará impedida de vender bebidas alcohólicas.

Cosas como las anteriores fueron las que pusieron los vecinos. Pero hoy por hoy no saben si eso que recogió la consulta es lo que tienen los diputados de la asamblea en sus curules. Algunos vecinos aseguran que ni el omnipresente delegado Víctor Hugo Romo ha logrado que los asambleístas le muestren lo que discutirán sobre el futuro de Polanco. Qué raro que Romo, capaz de inundar la ciudad con sus anuncios, no pueda en cambio lograr que los diputados le den una cita y le enseñen lo que aprobarán. Ni que fuera un vil vecino, como esos que por más que mandan oficios nomás no pueden obtener lo que en una democracia sería elemental: acceso a los temas legislativos que normarán la manera en que viven por los próximos 15 años. ¿Pues qué será lo que ocultan en la Comisión de Desarrollo Urbano e Infraestructura de la ALDF? ¿O de plano están taaaaan ocupados para no atender votantes? Ni una cosa ni otra sería tolerable en una ciudad de izquierda. Ojalá pronto seamos una.

 

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(SALVADOR CAMARENA / @salcamarena)