Alternativas para Carmen, por @guillermosorno

Anoche, alguien señalaba en una conversación de sobremesa que sería muy raro que alguna estación de radio contratara a Carmen Aristegui después del despido de MVS y todo el barullo que ha rodeado su salida. En otras palabras, una de las consecuencias de este asunto es la partida de la periodista del ecosistema de los medios tradicionales.

LEE LA COLUMNA ANTERIOR: El vértigo centrícola

¿Qué alternativas tiene? Una al alance de la vista del todo el mundo es lo que ya se comenta en las redes sociales: que Aristegui puede optar por profundizar su estrategia en internet y traducir su experiencia en radio en nuevas vías del periodismo en línea o en radio para internet.

Con cierta ironía, me dice Antonio Martínez, especialista en internet, que Carmen podría convertirse en la nueva Werevertumorro, sólo en el sentido del uso creativo y rentable de las plataformas establecidas de internet.  En 2012, YouTube aprobó 100 millones de dólares para desarrollar los canales monetizados: el único proyecto mexicano aprobado en esa entonces fue el del cómico mexicano. Se estimaba que sus ganancias serían de 200 mil dólares sólo por la audiencia que atraía. Nada mal si pensamos en lo que Carmen Aristegui podría hacer con esa plataforma. Es una alternativa.

El problema es que si los medios tradicionales se quedan sin una voz como la de Carmen Aristegui, sólo estamos frente la terrible constatación de que son insalvables, que están construidos de arriba hacia abajo, que no cumplen con su función pública.

No es casual, que muchos profesionales de la información estén saltando a internet, y que las nuevas plataformas estén atrayendo a los mejores críticos y periodistas. Pero internet sigue siendo limitado, está concentrado en algunas ciudades y no llega a todos lados.

Hay una distinción más importante: el espectro radioeléctrico es un bien público que el Estado concesiona. Como se señala en un comunicado que preparamos de horizontal.mx, la salida de Aristegui se debe interpretar desde la función pública de estos concesionarios.

El despido genera una efecto sobre el resto de los concesionarios de medios que enrarece horriblemente el clima político. Por eso, nos es nada buena noticia que Aristegui salga del radio, aunque pueda recurrir a internet.

 

(Guillermo Osorno)