“Caso Martí: la deuda de Mancera”, por @Salcamarena

Al llegar a México hace dos años, un amigo español se maravilló de una cosa que solemos dar por sentada. Tenemos al menos dos grandes revistas: Nexos y Letras Libres son un lujo que otros países envidian.

Las buenas revistas suelen poner atención sobre temas que para algunos podrían parecer que ya están “muy vistos”, o que ya son “viejos”. Las buenas revistas descubren en esos asuntos, que otros ya han abandonado, una rica mina. Así pasó en nexos de julio con el artículo Esclavas de la calle Sullivan, de Héctor de Mauleón. ¿Quién no sabía de esas prostitutas? Más aún, ¿quién no había leído ya sobre ellas? Pero el material de Héctor es original. Riguroso y detallado, descubre un mundo que nadie había visto ni comunicado como él. Lo que De Mauleón cuenta, y como lo cuenta, indignó a unos, conmovió a otros, pero sobre todo no dejó indiferente a ninguno de quienes lo leyeron. Por eso su éxito en internet –rompió todos los récords de visitas de la página web de nexos—, por eso su repercusión en múltiples programas de televisión y radio. Por eso fue retomado en columnas. Fue tan bueno que incluso fue imitado.

Ahora, en agosto, Nexos pone en la mesa otro asunto de esos que se supone que ya están “muy vistos”. La revista ha dado cabida a un extraordinario ejemplo de periodismo. Se llama Las aberraciones judiciales del Caso Martí, y es una investigación periodística coordinada por Sergio López Ayón, Antonio Caballero, Carlos Bravo y Carlos Puig.

Lo que estos profesores lograron junto con sus alumnos de la maestría de periodismo y asuntos públicos del CIDE es mucho más que un recuento del Caso Martí. Es una autopsia de nuestro sistema de justicia. Es un reporte del podrido entramado de la justicia mexicana, esa que en sus estertores se derrota a sí misma al tiempo de que nos condena a vivir en la impunidad.

El reportaje nos recuerda que “cinco años después del secuestro y asesinato de Fernando Martí el Estado mexicano en su versión de autoridades locales o federales, en su versión de ministerio público, defensor de oficio o juez, ha sido incapaz de resolver el caso: no hay un solo sentenciado por los hechos de junio y julio de 2008”.

A partir de este recordatorio, que debería ser insoportable para una sociedad que cuando ocurrió el asesinato del joven Martí se movilizó para demandar acciones a las autoridades, el reportaje es una factura. Un texto que nos pasa la cuenta de nuestra dejadez. Porque apenas la sociedad dejó de presionar, las autoridades hicieron lo único que saben hacer: armaron una acusación con una serie de aberraciones y situaciones inverosímiles que llevaron a todas partes menos a la justicia.

Por ejemplo, en el país donde nadie denuncia, incluso cuando uno mismo ha sido la víctima, ocurre que en este caso al menos dos “buenos ciudadanos” se presentaron motu proprio para acusar a “La Lore”, Lorena González Hernández, una mujer que es señalada de ser la falsa policía que hizo el alto al auto de Fernando Martí el día que lo secuestraron. Sobra decir que cuando se quiso comprobar esas incriminaciones, los supuestos testigos desaparecieron y sus identificaciones resultaron falsas. Mientras, González Hernández lleva más de cuatro años tras las rejas.

Y qué decir de que las pistas que pusieron en 2008 al entonces procurador Miguel Ángel Mancera en la ruta de descubrir a la denominada banda de secuestradores La Flor: una fue una llamada anónima y otra un sobre que con “pelos y señales” de la banda le llegó, también sin remitente, al hoy jefe de gobierno. Sin comentarios.

Los anteriores son apenas dos de los elementos que este reportaje desentierra de un caso que tiene dos juicios paralelos, en los que se acusa a dos bandas de secuestradores y en el que dos mujeres son incriminadas… por el mismo delito. “No es imposible que en unos meses dos jueces mexicanos declaren culpables de un mismo hecho, de ser la misma persona, a dos mujeres diferentes”, nos dicen los autores de este valioso catálogo periodístico de situaciones insostenibles en un país serio.

Si en un caso en que todos los funcionarios fueron emplazados a cumplir o renunciar no se logra un juicio ejemplar, qué podemos esperar los demás ciudadanos.

La justicia de la ciudad de México, sobre todo, está en deuda con la familia Martí, con la sociedad y con Lorena González Hernández, otra presunta culpable. Cada día que sume en la cárcel González Hernández, la deuda será más grande. Miguel Ángel Mancera debería gestionar que el ministerio público corrija de inmediato esa aberración. Con esa acción, y cinco años después del asesinato de un adolescente de 14 años, sería un buen momento para retomar el camino a la justicia.

Los autores del reportaje son Marcela Alcántara Guerra, Alejandra Arteaga Rodríguez, Fernando Bolaños Zárate, Homero Campa Buitrón, Ixchel Cisneros Soltero, Lizbeth Paola De Loera Méndez, Marco Dueñas Barrera, Ricardo González Bernal, Alejandro Guzmán Rodríguez, Carlos Alejandro Ibarra Hernández, Yadira Mena Flores, Vanessa Reyes Calderón, Atzimba Romero Gallegos, Lilia Saúl Rodríguez, Jonathan Vazquez Betancourt. A todos ellos felicidades, y gracias.

Es cierto lo que decía mi amigo español. Qué suerte tenemos de tener buenas revistas.

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(Salvador Camarena)