Cuando triunfan los vecinos

Yo no debería estar aquí, caminando con mi perro a 500 kilómetros de casa. Debería estar en la colonia Roma, con mi credencial en la mano, votando en contra de la construcción de un centro comercial que el Gobierno del Distrito Federal ha publicitado como un corredor cultural en plena avenida Chapultepec. Debería, además, estar vigilando mi casilla y denunciando el descarado acarreo que las autoridades capitalinas han implementado por el Sí. Chingao. La larga distancia siempre me ha generado más estrés que mi vida amorosa. Por eso tomo el teléfono y busco a un colega bien informado sobre la consulta. Me dice: Alejandro Fernández (exdelegado de la Cuauhtémoc) y Roberto López (exdiputado) están acarreando a los ambulantes en la colonia Doctores. Los nombres Fernández y López me llevan de inmediato hasta el de su jefe político: Héctor Serrano, un priista de clóset que los chilangos hemos tenido que padecer por culpa de la impericia de Mancera. Serrano sostiene una excelente relación con Alejandra Barrios, la reina de lo ilegal. Carajo. La operación por el Sí al centro comercial parece que será exitosa. Imagino a Simón Levy con su sonrisa colgate. Me agüito.

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Mensaje de otro colega: en la colonia Obrera, Ricardo Monreal está operando por el Sí. Termino de leer y entiendo por qué nuestro delegado ha estado titubeante. Esos de Morena también son mañosos, me digo encabronado. Leo en el guatsap: En el Centro, Doctores y Buenos Aires están comprados los votos. Priistas, perredistas y un sector de Morena están en operación abierta por el Sí. El Centro hará diferencia por el Sí… Mi ánimo sigue disminuyendo. Me largo a comer. No miro más el celular. Me voy con la idea de que aquel espantoso centro comercial hará que nunca vuelva a caminar con mi perro por avenida Chapultepec.

Tres horas después:

No. El No ha ganado.

Catorce mil 201 votos contra siete mil 893.

Mis vecinos de la Roma y de la Condesa y de la Juárez y de la Cuauhtémoc han triunfado en un país donde la ciudadanía siempre pierde.

La clase media ha derrotado al acarreo, a la corrupción y a la vacilación.

Aplausos.

Gracias.

Élmer Mendoza, el jefe de la novela policiaca en México, suele decir que para salvarnos de la barbarie (y la barbarie incluye a la clase política contemporánea) debemos empezar por organizarnos desde el barrio. Acercarse al vecino y acompañarse para un bien común. Y eso es lo que este 6 de diciembre ha hecho una golpeada clase media que está harta de la desfachatez de las autoridades. Este domingo, los vecinos derrotaron a Mancera.