De plano, ¿qué podemos hacer?

Los diputados que se supone nos representan van a discutir la iniciativa de reforma fiscal en estos días. La idea es que los de la clase media paguemos más impuestos y que el gobierno no haga ninguna reducción en sus gastos: cero medidas de austeridad. Al contrario, piensan gastar más. ¿Qué podemos hacer los ciudadanos que no estamos conformes?

Ignorar el tema.
Ya lo haces. Sigue así y cuando tengas tus tarjetas a tope por mantener tu nivel de vida, no te quejes.

Juntar firmas.
La única firma que les importa es la de tu tarjeta de crédito o la de tu hipoteca. Que firmes para frenar la reforma fiscal equivale a un garabato.

Dar likes en Facebook.
Muy eficaz, sin duda los diputados ante la avalancha de likes van a cambiar la reforma fiscal y autoimponerse la austeridad. También existen los unicornios.

Manifestarnos.
Pros: la Quien hará un artículo de las modas en la marcha con fotos de manifestantes-bien. Contra: se van a infiltrar los anarquistas, harán sus desmanes, y la policía no los arrestará a ellos sino a cualquiera de los manifestantes-bien, qué oso.

Crear conciencia en twitter.
Científicos de la UNAM han demostrado que Twitter e ir de rodillas a la Basílica tienen las mismas posibilidades de cambiar las cosas que quejarse del gobierno con el taxista o el peluquero.

Someter a los gobernantes con nuestro voto.
Estupenda idea, pero ya es un poco tarde para eso.

Levantarnos en armas.
¿La clase media y media alta? Seguro. Lo discutimos el día que se formen grupos de autodefensa en la Del Valle.

Hacer resistencia pacífica: boicots y huelgas.
Estamos dispuestos a dejar de ver a Televisa, TV Azteca y a Laura Bozzo y todas esas cosas que son tan de la clase inmediata inferior. ¿Pero dejar de usar celular? ¿Dejar de cargar gasolina? ¡Nunca, eso nos pondría en la clase inmediata inferior!

Huir del país.
Nos saludas a los del paro en España y a los del Tea Party, por favor.

Empezar el cambio desde nosotros mismos.
Ser mejores ciudadanos. No dar un peso a la corrupción. Blablablá. Eso ya lo hacemos. Y al país se lo sigue cargando el payaso. Únete a los optimistas.

Irnos a la informalidad.
No es mala idea. De hecho el gobierno nos está invitando a hacerlo con sus medidas. Pero ya no podremos decir que somos ciudadanos decentes que pagamos impuestos.

Unirnos al crimen organizado.
Con el estado de derecho que tenemos y los niveles de impunidad, entonces sí se puede… Lo malo de este tipo de industria es que si te corren recibes tu liquidación a perpetuidad en lugar de los tres meses de ley.

Abrir un nuevo partido político.
Con ideas políticas renovadas y vivir del erario público, libre de medidas de austeridad. Suena muy atractivo. También fundar una secta.

Vender tu voto al PRI.
No te indignes: somos clase media y no nos compran con una despensa. La cosa funciona así: pagas más impuestos y ellos tienen más dinero. Se dan la gran vida y tú también… si te les unes, si haces negocio con ellos, si haces amistad con ellos, si transas igual que ellos. Cuando estés totalmente de su lado y sean las próximas elecciones, ni de loco votas por la oposición: te conviene seguir de su lado. Que al país se lo siga cargando el payaso, total.

(FELIPE SOTO VITERBO)