“DF como Toluca”, por @guillermosorno

El otro día conversaba con un amigo que no vive en la ciudad de México, pero que pasó aquí algunos días. Pedía que me fijara en la tolucanización de la ciudad. Se refería a cómo la ciudad se estaba convirtiendo en una extensión de Toluca, como decir que la ciudad estaba progresivamente adquiriendo los hábitos del PRI del Estado de México.

Yo creo que el PRI nunca se fue del todo; no desapareció con los gobiernos de izquierda. Cambiaron los líderes, pero las estructuras clientelares y corporativas siguieron siendo las mismas. La política social, sin embargo, se hizo un poco más sensible, pero lo que sí hicieron los gobiernos de izquierda fue dar a las clases medias una narrativa distinta a la del resto del país; nos hicieron pensar que éramos una ciudad de libertades, donde se respetaban los derechos de las minorías sexuales, el de las mujeres de decidir sobre sus cuerpos,  el de un espacio público digno, etcétera, y que esta ciudad era una trinchera contra el pasado, representado por el PRI y sus pulsión autoritaria, y el presente, representado por el PAN y su mediocridad gubernamental. 

Pero entonces han pasado tres cosas: Uno, ganó el PRI la presidencia; dos, ganó Mancera la jefatura de gobierno; y tres, la reforma energética pasó casi sin oposición y la izquierda se quedó sin una de sus banderas más importantes.

En principio, no estaba mal que Mancera haya ganado la jefatura, pero como pronto se reveló como un hombre sin narración (léase ideas), entonces el cuento que está ganando es el que viene de Toluca. Mi amigo me hacía notar que se trataba de un momento oscuro para la ciudad, pero también (y aunque parezca discurso motivacional) una oportunidad.

Paréntesis: el otro día fui a lo que quedó del campamento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y después de hablar con uno de los maestros que encendía un fogón, me quedé pensando si ellos eran la única oposición posible.

Sigo… una oportunidad, decía mi amigo, porque sin el tema del petróleo, la izquierda tendrá que definirse de nuevo. Hace unos meses, un grupo de llamado Democracia Deliberada, jóvenes profesionistas e intelectuales cuya intención es cambiar las cosas desde dentro, es decir, desde el PRD (grupo del que soy simpatizante, aunque no miembro activo, por eso de la afiliación al PRD) publicó uno de sus posicionamientos con respecto del Distrito Federal. Decía que el faro del DF se estaba apagando, no sólo por la política de seguridad, sino por la notoria falta de agenda política de izquierda y, ahora, por la incongruente aumento los precios del metro y el premio a los automovilistas que dejan de pagar la tenencia.

¿De veras, ya nos ganó Toluca?

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(Guillermo Osorno)