Discusiones sobre un avatar, por @dmorenochavez

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Ustedes saben que lo normal es que, cuando un padre y un hijo discuten sobre política, el primero ocupe el lugar de los “moderados” y el segundo el de los “radicales”.
Es la edad.
El tiempo, la experiencia, o como quieran llamarle, frecuentemente hace que los padres maticemos nuestras opiniones, entendamos contextos, justifiquemos lo que antes no justificábamos…
Pues déjenme contarles que a mí me pasó lo contrario hace unos días, cuando mi hijo y yo hablábamos sobre la decisión de la Suprema Corte de EU que establece que no pueden prohibirse los matrimonios entre personas del mismo sexo y particularmente sobre cómo aprovechó esto la Presidencia de la República en México.
Se los cuento para preguntarles: Y usted, ¿con quién está de acuerdo?
Primero les resumo: a partir de la decisión de la Corte estadounidense, en sus cuentas de Twitter y Facebook la Presidencia usó un avatar con la bandera multicolor, con la que se identifica el movimiento por los derechos de la comunidad lésbico-gay. Y tuiteó que “celebremos con orgullo nuestra diversidad. En el México incluyente, todos somos iguales”.
Ineludible mencionar que, una semana antes, la Suprema Corte en México había resuelto algo parecido. En un país donde sólo en tres estados está permitido este matrimonio, dijo que pretender vincular los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales de quienes pueden casarse “es discriminatorio”. ¿Dijo algo la Presidencia? Nada.
Sostengo que cambiar una foto y dedicar un par de tuits es demagogia. Hacerlo no sirve si no va acompañado de un exhorto a los estados que todavía limitan el matrimonio a la unión de un hombre y una mujer o de un claro y público mensaje del Presidente a favor de la igualdad, o si no se fortalecen las políticas públicas en contra de la discriminación, por mencionar lo más obvio.
¿Por qué conformarnos con una foto, cuando ha sido el partido del Presidente el que se ha negado a legislar al respecto?
Mi hijo Pablo sí celebró el avatar. Y resumió su aplauso diciendo que “las cosas no se lograron de la noche a la mañana. El movimiento contra la discriminación tiene casi 50 años y seguirán avanzando”.
Aun así, dice, “vivimos en un país en donde 44% de la población dice que no viviría en la misma casa de un homosexual. A lo mejor a un sector de la población nos puede parecer un tanto hipócrita el avatar, pero me parece que sí establece una postura de la Presidencia en favor de los derechos civiles. El avatar le habla a ese 44%, le dice que no lo respalda, que no es ‘normal’ la homofobia. Y ese es un paso en la lucha por la igualdad”.
Eso dice mi hijo @GanzoM, como se identifica en Twitter.
Yo sigo creyendo que no debemos conformarnos, que falta mucho para que “seamos iguales” y que poco se ha hecho para lograrlo.
Quizá soy muy “ultra” y Pablo tiene un punto de vista que debería atender.
Usted, ¿por quién vota?

(DANIEL MORENO)