El artista polifónico

Una de las tareas más difíciles para todo artista, en la disciplina o el lenguaje que sean, es la configuración de una voz propia. Alcanzar un registro que, aunque se nutra de múltiples tradiciones e influencias, se ciña sólo a la expresión individual es un asunto que en buena medida separa a los grandes artistas del resto.

Sea dentro de los márgenes del diseño editorial, como pintor, escultor, artista conceptual, poeta, autor de libros para niños e incluso como editor, Alejandro Magallanes ha logrado tejer una obra que en su amplitud y variedad conserva un tono y un sentido que es a la vez estricto en la honestidad de sus intenciones y desparpajado en el despliegue de su formas.

La exposición La delgada línea que separa el lado derecho del izquierdo alojada en el bellísimo espacio de la galería MYL Arte Contemporáneo, presenta a Alejandro Magallanes como lo que es: uno de los artistas mexicanos más notables y originales de la actualidad.

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Al ingresar a la sala principal el visitante se topará con un péndulo que lo sumerge en una especie de trance que lo acompañará durante el resto del recorrido. Una pequeña y pesada bola de plomo pende de un cable de acero que se mece desde una altura de más de 10 metros, sentando el tono hipnótico de la exposición. Poco a poco comienzan a aparecer piezas enigmáticas e irónicas como una colección de libros recubiertos de yeso e imposibles de abrir, pero con inscripciones que le facilitan a los espectadores saber “de qué se tratan”, una pequeña manada inmóvil de figuras humanas hechas de cerámica prisioneras dentro de un ascensor bajo el título Espectadores, o una serie de dibujos y grabados que en su presentación infantil y su evocación melancólica alcanzan esos potentes oxímoron tan característicos en la obra de Magallanes.

La cereza en el pastel de la instalación es una publicación que en realidad es una escultura hecha a más de 170 manos. El libro –que lleva el título de la exposición– nace de la invitación que el artista le extendió a colegas y amigos, escritores de muy diversas estirpes y tipos, periodistas, poetas y narradores, ensayistas, artistas y comunicadores, e incluye desde algunos de los pensadores más importantes de nuestro tiempo (como el portugués Gonçalo Tavares) hasta muy jóvenes y destacadas plumas, para que realizaran un texto de género y extensión libre cuya única consigna era incluir en el algún momento dentro del texto el título de la exposición.

El resultado es un catálogo de formas que le rinde homenaje tanto al acto creativo en sí mismo como a la palabra impresa. En lugar de hacer una publicación autorreferencial, Magallanes ha legado un libro-objeto que captura a partir de su multiplicidad y sus muy diversos niveles de lectura, la irrenunciable vocación por el arte como medio de expresión y resistencia contra fuerzas como la inmediatez o la banalidad tan características de nuestro tiempo.