EL MANUAL DEL MOREIRA QUE LLEVAMOS DENTRO

¿Ya se dio cuenta que todos llevamos un Moreira dentro? Unos más, otros menos, mire:

  1. Diga que sólo sus “Chicharrones truenan”

Siéntase el niño del bautizo, el muerto en el entierro, la piñata de la posada y luego hágase gobernador de Coahuila. Dé show, entretenga a los medios con una que otra declaración chispita y luego váyase endeudando al estado que gobernó, ah, pero eso sí, herede el poder a su hermano. ¿Ya hizo todo esto? Bueno, pues ahora vuélvase presidente nacional de todos los priistas de las galaxias y opere lo necesario para que gane el copetón la presidencia en 2012. ¿Ya también lo hizo? Órale, usted es un genio. Pase a la siguiente instrucción.

  1. Lavadero a la William Levy

Llévese la lana de los coahuilenses a cuentas recónditas del mundo para luego blanquear esos millones y volverse ricachón gracias a su talento como ratota. No sienta culpa y si la siente, póngase a hacer abdominales compulsivamente hasta que le quede un lavadero envidiable; presúmalo en redes, todos hacen lo mismo. En ese lavadero, pónganse a lavar millón por millón lo que robó rogando a Dios que no lo cachen con las manos en la masa de tortilla española que comerá mientras se exilia en la Madre Patria para inventarse una maestría para estudiar.

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  1. Suerte de priista

“Humberto, no temas; sólo Judas temió”, eso es lo que nos dice una vocecita interior a todos los que hicimos algo mal para remorder nuestra conciencia. Pero como usted, Don Humberto, no tiene, pues apuéstele a lo que siempre ocurre con las justicia mexicana ante políticos corruptos: nada. Celebre fumando un puro español, déjese crecer el pelo en pecho, póngase una boina, arrashhtre lash letrash “eshes” y hable como eshpañol de toda vida y “¡Arriba Barfelona (Barcelona)”, ¡Olé!

  1. ¿Lo amarraron como puerco?

Ese Moreira que todos llevamos dentro tarde o temprano nos provocará pura angustia. Así que, ni modo, el día que usted se baje de un avión en España y comience a sentirse español, de nuevo lo van a detener acusado de delitos como lavado, asociación delictuosa, entre otros detallitos. ¡Joder, que lo han pillado! No entre en pánico; inhale, exhale; repita. ¿No funcionó? Póngase a hacer abdominales en los separos en los que lo refundieron y reflexione sobre las bondades de ser el primer expresidente del PRI encarcelado.

Una vez encarcelado, mande a su chalán al cajero y dígale que saque mucho dinero para pagarle a los mejores abogados de España. Así que, con la ayuda del PRI (que está en deuda con usted) y del Presidente de México (a quien aguó la fiesta de la recaptura del Chapo, pero que también le debe mucho) usted saldrá de ésta. Ni modo que los pinches españoles nos enseñen cómo tratar a las ratas, ¿verdad? O que los gringos quieran meterse con un prócer de esta patria mexicana como usted, ¿cierto? Tranquilo: no le va a pasar nada.