Expertos en ser expertos

X lo explica con claridad: el ataque terrorista en París no es sino una operación de “bandera falsa”, es decir, organizada y ejecutada por los servicios secretos occidentales bajo un disfraz y con la finalidad de que los ciudadanos europeos y gringos vivan aterrados y obedezcan sin chistar a su clase dirigente. Z, por su lado, lo corrige: la operación fue real pero la culpa es de Occidente, que alimentó al Estado Islámico sin pensar que se volvería en su contra. La clásica tragedia del cruel domador de tigres: caer bajo la garra de su “protegido”.

Yo no estoy ni en acuerdo ni en desacuerdo con sus posturas porque, francamente, no tengo tiempo o ganas de convertirme en experto exprés. Con todo, me doy cuenta de un punto débil en sus argumentaciones. Y es este: que las fuentes de ambos son irrisorias, básicamente, textos que circulan en blogs y videos de YouTube, perpetrados por repentinos conocedores de los más oscuros entresijos de la política mundial, aunque cinco minutos antes estuvieran “posteando” sobre el futbol o, si bien nos va, sobre la aparición de luces misteriosas en el cielo de Belgrado. Gente que no se ha levantado de su escritorio a mirar por la ventana desde tiempos de Salinas de Gortari pero que, mientras cargaba el Angry Birds, ha tenido tiempo para enterarse de lo que lo sabios de Sión discutieron en reunión ultrasecreta con sus pares, los reptilianos. Émulos de James Bond que conocen a fondo las intenciones de Putin sobre el puerto sirio de Tartus o la “verdadera” ruta crítica de Obama en Alepo.

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Como si no fuera suficientemente complicado asimilar el mapa de alianzas en el conflicto sirio, estos “enterados”, para embrollarlo más, recurren a la vieja argucia del que se las quiere dar de listo: afirmar el contrario simétrico de lo que digan las “potencias”. ¿Obama asegura que acabará al Estado Islámico? Ah, pues es un hipócrita. En realidad, es su mero jefe. ¿Putin ofrece cooperación a Occidente? Es para quedar bien con su suegra pero en realidad busca vengar la caída del Bloque Soviético. ¿El Estado Islámico amaga con más ataques en las principales capitales de Europa? En realidad lo que quieren sus milicianos es un buen abrazo…

¿Cómo es que estos clarividentes geopolíticos llegaron a esas conclusiones? Porque lo leyeron en las redes, igual que leen el horóscopo o la aplicación que informa que el nombre “Baldomero” quiere decir “Bebé de luz”. Poco importan los testimonios directos de las víctimas y de los verdaderos estudiosos del tema, poco importa la masiva cobertura de prensa (sujeta, por su lado, también a toda clase de pifias, como ocurre con todo asunto espinos): ¿quién puede resistirse a creerle a un blog cucho que afirma que todo se trata de un complot?