Síguenos:
11/04/2021
HomeOpiniónFifís, chairos y los “indeseables” migrantes

Fifís, chairos y los “indeseables” migrantes

Necios que ven su ombligo. Necios que también ven su ombligo y critican a quienes ven su ombligo

Me parecen mediocres y anodinas las discusiones que se reducen a dos palabras: chairos y fifís. Pero todo el tiempo aparecen en redes sociales y ahora en marchas a favor y en contra del cancelado aeropuerto en Texcoco. Esos adjetivos no demuestran más que lo limitado del vocabulario de los que se pelean, su escasez de ideas y adjetivos, su mermada inteligencia y estrecha capacidad para discutir los asuntos públicos. El solo usar esas palabras debería avergonzarlos, pero no, las usan y rebelan una realidad chilanga: somos discriminadores, seguimos diferenciando entre clases sociales y billeteras, y se nota cuando los acomodados salen a la calle cuando unos se burlan de “sus bloqueadores para el sol, sus cafés helados, sus ropas de marca, su nariz levantada y su creencia de ir a hacer patria” o cuando los vulnerables “salen a ensuciar las banquetas, a enseñar sus cuerpos desnudos, morenos y feos, y a estorbarme a mí, a mis escoltas y a mis vecinos”.

Eso sucedió en la Ciudad de México entre los poco más de 5,000 que marcharon este fin de semana y sus críticos. Las etiquetas y los estigmas vociferados por ambos polos, rebajaron el nivel de discusión de los asuntos públicos. El deporte de ahora es ofender a los “chairos manipuladores y muertos de hambre” y a los “fifís pedorros a los que les quitaron su aeropuerto”.

Las frases recorrieron Paseo de la Reforma y las redes sociales. Me da gusto que no se limitaran las marchas en la CDMX, como querían algunos políticos, empresarios y miembros de la sociedad civil organizada (y no organizada, pero de clase social acomodada), bajo el argumento de que provocaban tapones en el tráfico y molestias a los vecinos de zonas exclusivas cerca de Reforma. Hubo quienes nos opusimos a esa visión elitista y obcecada de la protesta social. Muchos de los que entonces pedían prohibir las marchas y crear un marchódromo cercado, desfilaron por Reforma sin represión. Escuchamos una manera distinta de ver la vida pública, respetable… hasta que leí mantas en las que llamaban “muertos de hambre” a los “chairos” que apoyan la cancelación de la obra en Texcoco o aquella que llamaba “indeseables” a los migrantes que nos visitaron hace unos días.

Si bien no todos piensan así, la mayoría de las mantas y cartulinas (mal redactadas, inexactas y manipuladas, como suelen leerse en todas las marchas) demostraron que el tener más dinero no siempre significa tener sensibilidad, mejor educación o empatía con que a todos nos vaya bien. Ni modo.

“El tener más dinero no siempre significa tener sensibilidad, mejor educación o empatía”

Está bien que los que marcharon no lo hayan hecho cuando supieron de una mujer asesinada, de un niño enterrado vivo o de un indígena desaparecido, pero ¿llamarlos indeseables? Un dato: “65 niños y siete mujeres fueron vendidos” a criminales organizados en los límites de Puebla y Veracruz, según dice un expediente entregado a la PGR de la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca. ¿Qué esperamos para indignarnos todos (sin distinción de ningún tipo) y actuar contra quienes desde los gobiernos no están haciendo su chamba? ¿A poco no sabemos que esta violencia roba, secuestra, asesina y desaparece a migrantes y mexicanos? ¿En serio no se vale criticar las prioridades de agenda pública del de junto? ¡El aeropuerto qué!

Written by

Con 15 años de kilometraje en medios, cree que el rigor de la ironía y la seriedad de la risa pueden hacer un periodismo original.