‘Frustradolandia’, por @monocordio

Hola amigos, soy un ciudadano de Frustradolandia. Un hermoso país donde hemos hecho de la Frustración un modo de vida.

Desde hace muchos años trabajamos evadiendo la realidad y creando las expectativas más altas que nos permitan alcanzar la frustración total.

Si viene a Frustradolandia usted se va a frustrar por algo y si no es así, le devolvemos su esperanza. ¿Quiere poner un pequeño negocio?, ¿Quiere ponerse al día con el fisco? ¿Quiere verificar su automóvil? Venga a Frustradolandia y le garantizamos que eso no va a suceder. En Frustradolandia nos encargamos de que siempre le falte un documento, o unas copias o algo importantísimo que, evidentemente, usted no va a traer.

En Frustradolandia la gente no se siente mal de estar frustrada. Al contrario, después de un entrenamiento en frustración realizado masivamente en Juegos Olímpicos y Mundiales de Futbol durante décadas, hemos desarrollado un enorme gusto por la frustración. Por eso, más allá de estas gestas deportivas que nos proveen de grandes frustraciones, los habitantes de Frustradolandia compramos billetes de Lotería y demás instrumentos para sentir pequeñas frustraciones cotidianas.

La frustración es un modo de vida.

Las personas de Frustradolandia tienen explicaciones para todo y han generado todo un discurso, ¡qué digo un discurso, una escuela! Una escuela de pensamiento cuya quintaesencia es la justificación tragicósmica de por qué las cosas no salen como uno espera y por qué la frustración sobreviene victoriosa. Toda frustración tiene una razón, ¡y si no la tiene se le inventa! En la entrada de la Universidad hay una legendaria inscripción tallada en piedra que dice: “La culpa es del árbitro”.

El ritual de iniciación para los habitantes de Frustradolandia es duro pero efectivo. Sobreviene después de hacer creer a l@s más jóvenes durante meses, años quizás, que la selección de futbol de Frustradolandia es la mejor del mundo, que puede ganar la Copa, que todo es cuestión de actitud, que no importa la historia, ni la economía, ni la alimentación, ni siquiera la experiencia de otros Mundiales. Que el puro espíritu encendido y patriótico es capaz de lograr lo que otros logran siguiendo rutas menos espectaculares pero más contundentes. Con esa información se les deja viendo el partido en el que Frustradolandia se juega el todo por el todo hasta que lo inminente sucede.

La emoción acumulada se convierte en frustración y llanto. Y ese momento queda tatuado para siempre.

Es entonces cuando l@s jóvenes entienden el significado del viejo “canta y no llores”. Es entonces cuando un ciudadano de Frustradolandia alcanza la mayoría de edad.

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( FERNANDO RIVERA CALDERÓN / @monocordio)