Un año después del Corredor Chapultepec

Opinión

Hoy 6 de diciembre se cumple un año de la consulta sobre el Corredor Cultural Chapultepec, el proyecto de intervención pública-privada sobre la avenida del mismo nombre, promovido por ProCDMX, que logró irritar a arquitectos, urbanistas, vecinos y escritores por su costo, la desmesurada propuesta urbana y por la manera en que disfrazaba un beneficio comercial a favor del desarrollador inmobiliario.

No hubo una votación muy copiosa, pero los vecinos opositores lograron revertir el proceso obteniendo el doble de papeletas por el no que por el si. Igualmente importante, el movimiento opositor logró articular muchas otras iniciativas vecinales, de distintos barrios y clases sociales, que parecían inaugurar una nueva etapa cívica de la ciudad. La idea del movimiento era establecer una nueva manera de participación ciudadana, no necesariamente oponerse a los proyectos, sino exigir que se incluyeran nuevas voces, además de las autoridades y los intereses inmobiliarios.

La idea de hacer algo sobre Chapultepec se desinfló por lo pronto. Al principio parecía que las autoridades retomarían el concurso de los vecinos para modificar el proyecto original, pero al final se abandonaron las conversaciones por falta de interés de las propias autoridades.

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Recientemente, la instalación de la Torre Glorieta, el edificio gris semicurvo de 27 pisos que sobresale en la Glorieta Insurgentes, puso a prueba la intervención de las organizaciones sobre la decisión de modificar un pedazo de las calles de Jalapa y Avenida Chapultepec. Según Sergio González de la organización 06600, plataforma y observatorio de la colonia Juárez, se hizo un diagnóstico sobre el acceso de vehículos al edificio (Jalapa) y el destino de un popular parque (avenida Chapultepec), donde llega mucha gente a jugar basquetbol y hacer ejercicio. Las autoridades tomaron a medias las recomendaciones y no involucraron a los vecinos en las decisiones finales. Particularmente insatisfactoria es la solución sobre Jalapa, que de ser peatonal se convirtió en el paso de los autos al estacionamiento de la torre.

En otras partes de la ciudad, claro, se han desatado otros conflictos que han mantenido a estas organizaciones alertas, en Santa Fe, en Copilco, en el Pedregal de Santo Domingo, en el Foro Shakespeare de la colonia Condesa. Ahora, estas organizaciones están convocando a una reunión para celebrar su victoria. Se reunirán hoy en la tarde en la plaza Giordano Bruno de la colonia Juárez; compartirán experiencias, presentarán un documental y convocarán a un encuentro más grande entre movimientos urbanos a celebrarse el 27, 28 y 29 de enero en Centro Universitario Cultural, en Copilco.

La idea, según González, es que es que las autoridades terminen por considerar a un tercer socio en la planeación urbana: a las organizaciones de vecinos, para que sean capaces de supervisar las obras, auditar los proceso y participar activamente con el fin de mejorarlos. No se ve fácil.