La W de ‘El Negro’, por @goliveros

Creo que esta anécdota no la he platicado: en el 2000, junio de 2000, Alejandro González Iñárritu y Martín Hernández visitaron la cabina de Luis Gerardo Salas en W Radical. La visita tenía una serie de connotaciones: era el primer aniversario del proyecto que Luis había iniciado en XEW FM, la misma frecuencia que había albergado a WFM, su competencia cuando Salas comandaba -como aun lo hace ahora- Rock 101.

Pero González Iñárritu iba, junto con Martín, a hablar de otras cosas. Presentaban Amores Perros, la ópera prima de El Negro. En la entrevista, el director hablaba de las razones para hacer la película, la famosa escena del accidente filmada en la colonia Condesa y Hernández platicaba de lo difícil que había sido ese comienzo de poner el sonido característico a las películas. “¿Cómo debe sonar una cocina?”, decía Martín en la conversación entre ellos tres, que cambiaron la radio en los ochenta.

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Al final, Alejandro y Martín pasaron al baño y, en los mingitorios, hablaban de qué divertido era hacer radio aunque, ya entonces, su mente estaba en otra cosa.

Ahora, con el triunfo de Birdman, algunos recuerdan a esa WFM que organizaba conciertos en el techo del Hotel de México, que fue la estación oficial de la visita de Rod Stewart al país, que tenía un equipo de locutores cuyas voces y presencia caerían en los canales de Televisa o en sus programas y, por supuesto, con una producción cuidada en extremo donde la ironía era parte fundamental de la misma.

La W de González Iñárritu era hecha por jóvenes, igual que 101 o Alfa, pero lograron hacer pauta lo propuesto a través de disciplina y, sobretodo, en arriesgue.

Arriesgue que hoy falta en esa frecuencia. Arriesgue que falta en casi toda la radio.

Sería buen momento para preguntarnos porqué el cuadrante está tan enquistado. La respuesta solo necesita que demos una vuelta al dial. Así como en los ochenta, Luis, Martín, González Iñarritu y compañía buscaban nuevas fórmulas en lo musical, Pedro y Gutiérrez Vivó hacían su intento en la parte hablada. Hasta en la parte más plástica del cuadrante, Forzán y Hernández modificaron el pop con los formatos de 97.7 y Estéreo 102.

Ahora, los noticieros tienen el mismo formato de hace una década, las estaciones juveniles capitalinas son vacías o sin dirección e Ibero sufre de un embate interno que amenaza su futuro.

Algo tan divertido y que todos hemos descuidado. Incluida la indiferencia del oyente y la corrupción de los programadores.

El peor de los mundos en Frecuencia Modulada.

 

(Gonzalo Oliveros)