Las futuras #LeyFayad

La llamada #LeyFayad nació muerta. Anunciada como un esfuerzo para perseguir los ciberdelitos, la iniciativa presentada por el Senador priista Omar Fayad era en realidad un burdo intento por abrir la puerta a la censura en internet. Ya sea por buena o por mala fe, el texto dejaba a la autoridad el uso discrecional de la fuerza, y en este país en el que la justicia es un arma política, ese es un gran peligro que no se podía dejar pasar.

Por eso es necesario celebrar la respuesta social. Porque en este caso tanto los ciudadanos como diversos medios de comunicación hicieron una combinación virtuosa, que permitió mostrar los riesgos y elevar los costos con tal efectividad, que no hubo nadie que saliera a defender el polémico proyecto, ni siquiera su autor.

Pero no basta con ese triunfo para cantar  victoria. En este tema, como en todos los que involucran libertades, las batallas son permanentes y los triunfos nunca son para siempre.

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Porque la llamada #LeyFayad no es la primera que pretender limitar lo que se puede decir o no en internet. Lo vimos, por ejemplo, en el Estado de Veracruz, en donde hace unos años dos personas fueron detenidas por “generar pánico” en internet, y seguro veremos más intentos antes de que acabe el sexenio.

La tentación de la censura ahí está y llegó para quedarse. Porque por naturaleza al poder le gusta controlar y en las redes pasa justo lo contrario; porque quien gobierna aspira a que solo exista su versión en cada historia, y en internet nadie tiene el monopolio de la palabra; porque el poder es vertical y las redes son necesariamente horizontales.

Por eso ya vendrán otros esfuerzos, quizá mejor camuflajeados que el actual y habrá que estar muy atentos.

Discutamos pues cómo proteger mejor a los niños y niñas, como evitar el ciberbullying y otras prácticas que todos podemos condenar. Pero que no sea a costa de perder la libertad en internet, tan valiosa y necesaria en los tiempos que nos ha tocado vivir.